Neonazis griegos parecen tocar techo en año electoral a pesar de la crisis

| 2 enero, 2019

EFE.- Cuatro años después de cosechar más de un 9 % de votos en las elecciones europeas, el partido neonazi griego Amanecer Dorado (AD) parece haber tocado techo, en contra de la tendencia general en Europa y a pesar de que la crisis ha dejado una profunda mella en la sociedad.

Grecia afronta un año cargado de citas electorales y las encuestas apuntan a que AD, conocido en todo el mundo por sus hordas marchando con antorchas por las calles de Grecia y sus ataques a extranjeros, se mantiene estancado en las entre el 6,5 % y 7,5 % de la intención de voto.

De materializarse ese resultado, el partido neonazi podría mantenerse como tercera fuerza política, aunque a gran distancia de las dos formaciones principales, la izquierdista Syriza y la conservadora Nueva Democracia.

Aunque el acuerdo con la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM) sobre el nombre de ese país haya provocado en Grecia una amplia reacción nacionalista entre la población, Amanecer Dorado no ha conseguido llevarla a su terreno.

Según las encuestas, los protagonistas en las elecciones de 2019 serán los dos grandes partidos, Nueva Democracia y Syriza, y el arco parlamentario podría reducirse de ocho a cinco partidos.

«En Grecia aún funciona el esquema tradicional y la decepción de los electores con la política gubernamental se dirige hacia la oposición o hacia la abstención», explica a Efe Yannis Mavrís, director del instituto demoscópico Public Issue.

Mavris sostiene que el rechazo frontal de Nueva Democracia al acuerdo sobre el nombre de la ARYM «le permite atraer al electorado nacionalista» en detrimento de partidos como el actual socio de Gobierno, los nacionalistas Griegos Independientes (ANEL), o Amanecer Dorado.

El director del instituto demoscópico de la universidad de Salónica, Nikos Marantzidis, comparte esta opinión y cree que el apoyo a formaciones de extrema derecha está en descenso.

«En Grecia hemos vivido el aumento de influencia de la ultraderecha, populista y extremista, en el periodo entre 2009 y 2015», señala a Efe.

Marantzidis recuerda que en las elecciones de mayo de 2012 «los tres partidos de la ultraderecha ANEL, LAOS y Amanecer Dorado sumaron el 20 % del voto popular, lo que fue su mejor resultado. Desde entonces la ultraderecha está perdiendo fuerza», añade.

Una diferencia capital entre Amanecer Dorado y los partidos ultraderechistas europeos que han logrado desempeñar un papel relevante en la política es su carácter abiertamente antidemocrático y que los militantes de AD recurren sistemáticamente a la violencia, lo que según Mavrís constituye la principal razón de su estancamiento electoral. «La población cree aún en la democracia parlamentaria», sostiene.

Kostís Papaioannu, autor de dos libros sobre la extrema derecha griega, tiene una opinión algo más matizada sobre esta cuestión.

Papaioannu cree que el ascenso fulgurante de Amanecer Dorado entre 2009 y 2014 -pasó de 0,3 % al 9,4 % en las elecciones europeas- se debió precisamente a los ataques de sus militantes contra migrantes y colectivos de izquierda, que culminó con el asesinato del rapero antifascista Pavlos Fyssas en 2013.

En su opinión, fue el arresto de la cúpula del partido tras este asesinato y el juicio que se está llevando desde 2015 contra sus dirigentes lo que ha llevado a su estancamiento electoral.

«El juicio ha provocado una hemorragia de militantes importante y ha perjudicado su imagen. Si la cúpula del partido es condenada, su influencia electoral se reducirá drásticamente», augura Papaioannu.

Desde 2015 se han multiplicado además las formaciones políticas que se sitúan ideológicamente entre Nueva Democracia y el Amanecer Dorado, pero ninguna ha logrado hasta ahora superar en las encuestas el 3 %, el mínimo para acceder al Parlamento.

«Estos partidos necesitan un líder carismático y un discurso político más neutro, que pueda atraer electores decepcionados de la izquierda, algo imposible para Amanecer Dorado», explica Marantzidis.

A su juicio, ninguna de las formaciones existentes dispone de estos dos elementos, lo que hace imposible que a corto plazo pueda emerger una formación populista de derechas con relevancia.

Para Papaioannu, una fuerza ultraderechista que cumpla estas condiciones tan solo sería pensable si Nueva Democracia llegase otra vez al poder y su gestión decepcionase nuevamente a su electorado.

«En este caso sí que puede nacer un partido ultraderechista capaz de jugar un papel decisivo en la vida política, como el AfD en Alemania o la Liga en Italia», dice.


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