EFE. LA VANGUARDIA.- Un informe de la Misión de la ONU de Apoyo a Libia (UNSMIL) denunció hoy los «inimaginables horrores» a los que son sometidos los migrantes y refugiados que pasan por el país norteafricano para luego cruzar el Mediterráneo, así como la complicidad del Estado libio en el tráfico de estas personas.
El documento, elaborado conjuntamente por UNSMIL y el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, expone una larga lista de abusos cometidos tanto por funcionarios estatales como por grupos armados y traficantes de personas, que van de la tortura a la detención arbitraria, las violaciones en grupo y los asesinatos.
Basado en 1.300 entrevistas realizadas por expertos en derechos humanos en Libia, Nigeria e Italia, el informe señala que el trayecto de estos refugiados y migrantes, normalmente desde la frontera sur de Libia hasta la costa mediterránea en el norte, está «plagado de riesgos».
Un camino que debido al clima de ilegalidad en Libia deja a estas personas «a merced de innombrables predadores que los ven como mercancías susceptibles de ser explotadas y extorsionadas», denuncia el informe.
También subraya que aproximadamente 29.000 migrantes interceptados por la Guarda Costera Libia cuando intentaban cruzar el Mediterráneo fueron llevados a 11 centros de detención donde miles de ellos siguen privados de liberad sin el debido proceso o acceso a abogados o servicios consulares.
En esos centros se registraron casos de tortura, trabajo forzoso y violaciones cometidas por los guardias, con grave riesgo de abusos sexuales contra mujeres y niñas (una «abrumadora mayoría» de las entrevistadas denunció haberlos sufrido).
«La situación es horrorosa», afirmó a la luz del informe la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, citada en un comunicado.
La expresidenta chilena recalcó que si se actuase contra estos casos de impunidad «no sólo se lograría acabar con el sufrimiento de decenas de miles de mujeres, hombres y niños» sino que también «se conseguiría socavar la economía ilícita paralela construida sobre el abuso».
El documento sugiere la aparente complicidad de actores estatales, entre ellos representantes de los ministerios de Interior y Defensa, en el tráfico de migrantes y refugiados, mientras la Unión Europea ha implementado una política que busca reducir la habilidad de estos desplazados para alcanzar las costas europeas.
Por otro lado, «incontables migrantes y refugiados perdieron sus vidas mientras estaban cautivos de los traficantes», señala el informe, indicando que en toda Libia se pueden encontrar cadáveres no identificados de personas en basureros, cauces de ríos, granjas o en el desierto.
Libia se ha convertido en un Estado fallido, víctima del caos y de la guerra civil, desde que en 2011 diferentes facciones rebeldes -con apoyo de la comunidad internacional- derribaran la dictadura de Muamar al Gadafi.