La firma se ha disculpado por el accesorio y la decoración de su tienda en el Soho de Nueva York que se denunciaron en las redes sociales
LA VANGUARDIA.- Tras los polémicos vídeos de Dolce & Gabbana que consiguieron ofender a toda la comunidad china, ahora otra firma de lujo se ha visto involucrada en un nuevo caso de racismo. La nueva colección Pradamalia de Prada no ha gustado a la comunidad afroamericana, que ha acusado de “racista” a la marca italiana tras sentirse ofendida por los llaveros que forman parte de esta línea de accesorios.
Todo empezó el pasado viernes, cuando la abogada neoyorquina Chinyere Ezie publicó en las redes sociales diferentes imágenes de los complementos y los objetos de decoración que había visto en la tienda Prada en el barrio del Soho. Unos accesorios con forma de mono, con brazos largos y unos labios rojos enormes que enfadaron a la usuaria, que no dudó en denunciar públicamente lo que había visto en el local.
Ezie aseguró que se parecían a la figura racista de Sambo, que se conoce como la representación de personas de origen africano exagerando sus rasgos. “Cuando pregunté a uno de los trabajadores si sabían que estaban utilizando imágenes de caras negras en la tienda, me contestaron que uno de los trabajadores negros se había quejado previamente pero que ya no trabajaba allí. La historia no se puede repetir. La América negra merece algo mejor”, escribió.
Ante esta crítica y las que se pudieron leer posteriormente en las redes, Prada emitió un comunicado en el que anunciaba la retirada de los llaveros que costaban más de 500 euros y en el que se defendió de las acusaciones de racismo, alegando que eran creaciones de fantasía que no pretendían “hacer ninguna referencia” al rostro de una persona de raza negra.
Tras los polémicos vídeos de Dolce & Gabbana que consiguieron ofender a toda la comunidad china, ahora otra firma de lujo se ha visto involucrada en un nuevo caso de racismo. La nueva colección Pradamalia de Prada no ha gustado a la comunidad afroamericana, que ha acusado de “racista” a la marca italiana tras sentirse ofendida por los llaveros que forman parte de esta línea de accesorios.
Todo empezó el pasado viernes, cuando la abogada neoyorquina Chinyere Ezie publicó en las redes sociales diferentes imágenes de los complementos y los objetos de decoración que había visto en la tienda Prada en el barrio del Soho. Unos accesorios con forma de mono, con brazos largos y unos labios rojos enormes que enfadaron a la usuaria, que no dudó en denunciar públicamente lo que había visto en el local.
Ezie aseguró que se parecían a la figura racista de Sambo, que se conoce como la representación de personas de origen africano exagerando sus rasgos. “Cuando pregunté a uno de los trabajadores si sabían que estaban utilizando imágenes de caras negras en la tienda, me contestaron que uno de los trabajadores negros se había quejado previamente pero que ya no trabajaba allí. La historia no se puede repetir. La América negra merece algo mejor”, escribió.
Ante esta crítica y las que se pudieron leer posteriormente en las redes, Prada emitió un comunicado en el que anunciaba la retirada de los llaveros que costaban más de 500 euros y en el que se defendió de las acusaciones de racismo, alegando que eran creaciones de fantasía que no pretendían “hacer ninguna referencia” al rostro de una persona de raza negra.Ver imagen en Twitter
We are committed to creating products that celebrate the diverse fashion and beauty of cultures around the world. We’ve removed all Pradamalia products that were offensive from the market and are taking immediate steps to learn from this.
Full press release attached.
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“En Prada estamos comprometidos en crear productos que celebren la diversidad en la moda y la belleza de las culturas del mundo. Nos gustaría transmitir nuestro profundo pesar y nuestras sinceras disculpas por los productos de la línea Pradamalia que han ofendido. Se han retirado del mercado y no se venderán”, comunicó la firma.
La marca italiana también manifestó que donaría el dinero que se había recaudado con la venta de estos productos a organizaciones que luchan para eliminar todas las formas de discriminación racial.
