La marcha contra el pacto migratorio de la ONU acaba en enfrentamientos con la policía
LLUÍS PELLICER. EL PAÍS.– Una manifestación convocada por la extrema derecha belga contra el Pacto Mundial sobre Migración de la ONU ha acabado este domingo con altercados frente a las instituciones europeas en Bruselas y un centenar de detenidos. La marcha había sido prohibida por las autoridades de la región de Bruselas, pero el pasado viernes fue finalmente autorizada por el Consejo de Estado. Según la policía, en la protesta participaron más de 5.500 personas. Un millar de ciudadanos se concentraron, también al mediodía, para apoyar el pacto migratorio.
A pesar de que la manifestación estaba convocada en Schuman, donde se encuentran la Comisión Europea y el Consejo, finalmente quienes participaron en ella partieron a mediodía desde la Estación Central de Bruselas e hicieron todo el recorrido hasta llegar a las instituciones europeas. Por el camino, corearon cánticos contra la izquierda, a favor del cierre de fronteras y contra el primer ministro belga, Charles Michel.
El mandatario, precisamente, ya vio cómo se rompía su coalición de gobierno a propósito de la firma del pacto en Marrakech. Después de que Michel anunciara que Bélgica rubricaría la declaración y buscara apoyos parlamentarios para ello, los nacionalistas flamencos de la N-VA decidieron salir del Ejecutivo. Esa decisión sumió al Gobierno en una profunda crisis a apenas seis meses de las elecciones del país. El Parlamento ya le ha pedido que se someta a una cuestión de confianza.
En esta ocasión la N-VA no estaba entre los convocantes de la marcha de ultraderecha, si bien el ex- secretario de Estado de Migración y miembro del partido Theo Francken —conocido por sus comentarios contra la inmigración— colgó el sábado en la red social Facebook un vídeo en el que mostraba su apoyo a los manifestantes. Aun sí, les pidió que dirigieran sus quejas contra las instituciones y no contra los inmigrantes. Entre los organizadores y asistentes a la manifestación sí figuraron la ultraderecha flamenca del partido Vlaams Belang, la Asociación de Estudiantes Católicos Flamencos (KVHV) y la Asociación de Estudiantes Nacionalistas (NSV).
Los manifestantes comenzaron la marcha con gritos y pancartas contra la inmigración acompañados de petardos y humo. Su recorrido era la escasa media hora a pie que separa el centro de la ciudad de Schuman, donde se ubican las instituciones europeas. Allí empezaron los altercados y los destrozos. Los más graves se produjeron junto al edificio de Berlaymont, la sede de la Comisión Europea. Un grupo de manifestantes arrancó adoquines de la calle y los lanzó contra los agentes. La agencia de noticias belga ha informado de que un cristal de la Comisión Europea resultó roto.
La policía tuvo que intervenir sobre todo cuando, al final de la marcha, un grupo de entre 200 y 300 personas se quedó alrededor de la Comisión Europea y convirtió el final de la marcha en una batalla campal. Los cuerpos de seguridad respondieron a las agresiones de los manifestantes con gases lacrimógenos y un cañón de agua para dispersar a los violentos. A media tarde, la policía informó de un centenar de detenciones.
La marcha tuvo lugar entre las 12.00 y las 15.00. A esa misma hora, un millar de personas se concentraron de forma pacífica también en Bruselas para defender el pacto migratorio y pedir que no se estigmatice a los ciudadanos procedentes de otros países.