La Facultad de Medicina amaneció tres días empapelada con carteles que sus compañeros y alumnos retiraron
ANTONIO G. ENCINAS. EL NORTE DE CASTILLA.- Alfredo Corell no se enteró de nada hasta pasados diez días, cuando un estudiante de sexto le puso sobre aviso. «¿Qué has hecho con lo de los papeles?». Fue entonces cuando supo que alguien había inundado la facultad de Medicina con carteles que decían «Corell maricón y socialista»[sic]. «La primera vez había en el pasillo de acceso a mi despacho, con el suelo empapelado, y luego en los lavabos, vestíbulos, escaleras, y fotos de estudiantes en la puerta de la calle. Y sé por un compañero que él los había quitado del tablón de anuncios del departamento», explica el docente.
Corell es profesor de Inmunología y cuenta con muy buena fama entre sus alumnos, con los que puso en marcha ya hace años un proyecto de innovación educativa llamado ‘Inmunopíldoras‘. También ha realizado labores de divulgación científica con el evento ‘Tus defensas se van de cañas‘, en el que los estudiantes hablan de inmunología en un bar. Y este año ha sido nominado a los premios nacionales Educa Abanca en la categoría de enseñanza superior. En 2016, una charla suya en TEDxValladolid se convirtió en viral por la emoción que transmitía al hablar de sus alumnos.
«Decidieron no decírmelo para que no me llevara un disgusto», cuenta ahora, mientras lamenta que no hayan acudido a él antes. Porque lo primero que ha hecho, acompañado del decano de la Facultad de Medicina, José María Fernández, ha sido poner una denuncia en Comisaría por un delito de odio. «La Policía lo está mirando activamente y rápido, han pedido cintas de vídeo y están llamando a las personas que vieron los papeles para que digan en qué situación los vieron, cómo…», explica. Aunque aclara:«No tengo ninguna sospecha de nadie».
No es la primera vez que se encuentra con una reacción homófoba. «Sí que ha habido alguna en esta facultad. Un año me retiraron de la orla por el delegado, que no quería homosexuales en ella. Y un director de departamento, cuando me casé, le pedí el permiso de boda y no quiso felicitarme porque no lo aprobaba». Relató estas historias en Twitter con la etiqueta #mequeer, donde añadía otra más: el día que un compañero lo presentó como «buena persona aunque sea gay».
Afortunadamente, la reacción de compañeros, alumnos y amigos en Facebook al conocer la noticia ha sido abrumador. Casi doscientos comentarios en pocas horas y una publicación compartida más de 130 veces han hecho que el docente, al menos, se sienta algo reconfortado por el apoyo.
Tanto la Facultad como la propia Universidad de Valladolid le han mostrado todo su apoyo al conocer los hechos, que el profesor ha narrado en una larga y dolida publicación en Facebook. Si se identifica al autor o autores de este acto la UVA tomaría las decisiones discplinarias correspondientes.