Peligroso rebrote de la violencia ultra junto a los estadios

, | 5 noviembre, 2018

JAM. ABC.- La muerte de Jimmy, un radical del Deportivo, en una pelea entre miembros del Frente Atlético y de Riazor Blues, encendió la alarma en el fútbol español, que a través de la Liga implantó una serie de medidas para sacar a los violentos de los estadios. Cuatro años después de aquella batalla a orillas del Manzanares y gracias a una mayor implicación de los clubes, los ultras ya no campan a sus anchas por las galerías ni las tribunas, pero su presencia, en ocasiones camuflada como grupos de animación, sigue siendo una realidad en las gradas. El mayor control y la vigilancia policial ha acabado con los incidentes dentro de los campos, pero en la calle las escaramuzas y los altercados se han reavivado peligrosamente en 2018. Expulsados del Camp Nou por Joan Laporta en 2005, los Boixos Nois del Barcelona, uno de los grupos más peligrosos y violentos, nunca murieron y han reaparecido con fuerza en el último año. Este sábado, un centenar de sus miembros se desplazó a Madrid para enfrentarse a los Bukaneros del Rayo Vallecano. Los cinturones, los palos y las bengalas salieron de nuevo a relucir en una refriega que dejó tres heridos. También preocupación.

A pesar de estar estrechamente vigilados por la Policía, los ultras que se mueven en el fútbol español no renuncian a la violencia y las peleas pactadas en las afueras de las ciudades, una moda importada de los grupos de Europa del Este, especialmente Rusia y Polonia, empiezan a ser ya habituales. Encuentros con árbitro y estrictas reglas que no siempre consiguen permanecer en secreto. En abril de 2017, horas antes del partido de Liga en La Rosaleda, ultras del Málaga y del Real Madrid se citaron en la presa de El Limonero y las imágenes de aquella pelea, extrañamente, no tardaron en circular por las redes sociales. «Ninguno de los incidentes violentos vinculados a grupos radicales españoles ha tenido lugar en el interior de ningún estadio. Esto sucede así desde hace varias temporadas», explican a ABC desde la Liga. «Mantenemos una postura firme y un intenso trabajo con la Policía y las Fuerzas de Seguridad para erradicar cualquier tipo de violencia dentro y fuera de los estadios de fútbol», inciden desde la patronal del fútbol.

Las quedadas ultras, sin embargo, siguen dándose en los alrededores de los estadios para saldar cuentas pendientes. Y con esa intención viajaron el sábado casi un centenar de Boixos Nois a Vallecas. Hace dos años, en la etapa del Rayo aún en Segunda división, los Bukaneros atacaron el Bar Virginia, su punto de reunión. Una afrenta aún por saldar.

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