Salvini estalla después de que Francia abandonase a dos migrantes en Italia
ANNA BUJ. LA VANGUARDIA.- Las relaciones entre Italia y Francia no pasan por su mejor momento. Desde que llegó al poder el ultraderechista ministro del Interior, Matteo Salvini, declaró la guerra al presidente francés, Emmanuel Macron, a quien considera su enemigo y ha tachado varias veces de hipócrita por sus posiciones migratorias.
Pero ayer los ataques de Salvini pasaron a palabras mayores después de que se supiese que la Gendarmería francesa entró en Italia el pasado viernes y abandonó a dos personas, supuestamente inmigrantes, en medio de un bosque italiano. La prefectura de los Altos Alpes, el departamento francés junto a esta parte de la frontera con Italia, habla de un “incidente” y ha reconocido un “error”, del cual “las circunstancias deberán ser clarificadas”.
“Abandonar inmigrantes en un bosque italiano no puede ser considerado un error o un incidente”, avisó Salvini en Instagram. “Lo que ha sucedido en Claviere es una ofensa sin precedentes contra nuestro país, y me pregunto si los organismos internacionales, desde la ONU a Europa, no encuentran ‘VOMITIVO’ dejar a personas en una zona aislada, sin asistencia ni direcciones (…). Iremos hasta el final. Estamos frente a una vergüenza internacional, y el señor Macron no puede hacer ver que no pasa nada”, escribió el ministro junto a un montaje de Macron con la cara roja sobre la frontera con Italia.
El ministerio de Exteriores italiano ha pedido explicaciones a la embajada francesa ante las noticias que llegaron de Turín. Pero el Elíseo ha ido más allá y cree que todo se trata de una “instrumentalización política, esencialmente individual, del nuevo colega de Christophe Castaner (el recién nombrado ministro del Interior)”, según fuentes cercanas a Macron han dicho a Afp. La presidencia gala exculpa del choque al premier italiano, Giuseppe Conte. Cada año, miles de migrantes que cruzan la frontera francesa en los Alpes son interceptados y reconducidos a Italia.
Todo ocurre en momentos muy tensos en el país transalpino por la férrea política contra la inmigración de Matteo Salvini. Estos últimos días la principal polémica es la decisión del Ayuntamiento de Lodi, un municipio de 45.000 habitantes en Lombardía gobernado por la Liga, de impedir que decenas de niños inmigrantes accediesen al comedor escolar. Su alcaldesa, la ultraderechista Sara Casanova, obligó a los padres a pagar unas tarifas más altas por no presentar una documentación adicional a la que piden a los italianos, lo que ha provocado que muchas familias extranjeras no pudiesen permitirse esta cuota, de cinco euros. Antes debían pagar sólo dos. Desde hace una semana, los niños inmigrantes, la mayoría de origen africano, se traen un bocadillo de casa, y comen separados de sus compañeros en otra sala.
En cuanto el asunto ha llegado a los medios de comunicación italianos la ira se ha despertado en las redes sociales y la oposición habla de “apartheid”. En un principio, Salvini defendió la decisión de su compañera de partido. “Basta con los listillos, si hay gente que en sus países tienen casas, terrenos y dinero, por qué deberíamos darles servicios gratis mientras los italianos lo pagan todo. La buena vida se ha terminado, no es racismo sino justicia y sentido común”, declaró el ministro. Luego, y después de las tensiones con el Movimiento 5 Estrellas, sus socios de Gobierno, que se ven una vez más abocados a defender lo que ven indefendible, Salvini rectificó y dijo que valorarían caso por caso. Una campaña ha recogido 80.000 euros en pocos días para poder sufragar las comidas de los 180 niños afectados y que los pequeños puedan volver a sentarse junto a los italianos.
