DOS MANZANAS.- Wladimir Sepúlveda, un joven de 21 años, se encuentra en coma inducido y sujeto a ventilación mecánica tras sufrir una agresión a manos de un grupo de seis personas que le gritaron “te vamos a masacrar por maricón”. El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual de Chile (MOVILH), que prepara ya una querella contra los agresores, ha denunciado el “mal proceder” de los carabineros, que trataron lo sucedido como una riña cualquiera.
La agresión tuvo lugar hace una semana en San Francisco de Mostazal, una localidad del centro del país, cuando Wladimir Sepúlveda y tres amigos caminaban rumbo a sus casas. “Con Wladimir íbamos tomados del brazo. Cuando pasamos por frente del supermercado Santa Isabel nos topamos con un grupo de cuatro hombres y dos mujeres. Wladimir les pidió fuego, y sin razón alguna, le comenzaron a decir ‘maricón culiao’”, ha contado uno de sus amigos. “Wladimir les dijo que eran ‘mala onda’, entonces se abalanzaron sobre él y comenzaron patearlo, gritándole ‘maricón te vamos a masacrar. Te vamos a masacrar por maricón’. Cuando quisimos defender a Wladmir se armó una pelea entre todos. Uno de nuestros amigos golpeó con un palo a uno de los atacantes y entonces Wladimir pudo salir corriendo, pero los tipos lo salieron persiguiendo y le comenzaron a dar patadas en la cabeza, mientras estaba tirado en el suelo. Siempre le gritaban ‘maricón’. Nosotros fuimos corriendo tras él para tratar de defenderlo, pero cuando llegamos estaba inconsciente y los que los golpearon arrancaron”, añadía.
En el servicio de urgencia de San Francisco de Mostazal “nos dijeron que las lesiones eran leves”, en palabras de los familiares del joven. Sin embargo no era así, y Wladimir tuvo que ser finalmente trasladado al Hospital Regional de Rancagua, donde quedó ingresado con un traumatismo craneoencefálico grave con hemorragia subdural, en coma inducido y sometido a ventilación mecánica. Su situación es estable pero no se encuentra todavía fuera de peligro vital.
A las dudas sobre la atención sanitaria inicial que recibió el joven se une el hecho de que los carabineros constataron sus lesiones como leves y trataron lo sucedido como una riña. “Si hasta querían tomar detenido a Wladimir”, han declarado sus familiares. De hecho, la fiscalía no ordenó la detención de los agresores hasta que ya avanzada la semana fue informada por el MOVILH, organización que además de anunciar la presentación de una querella contra los agresores han repudiado el proceder de los carabineros, “que una vez más es negligente en una denuncia por discriminación, como si la Ley Zamudio no existiera. Por un lado constatan como leves, agresiones graves y por otro tratan como riña un ataque cuyos testigos son tajantes en acusar de discriminatoria”.
“El deber de carabineros es constatar las acusaciones de los agredidos y no interpretarlas a su antojo. Todo demuestra que falta mucho para comprender los alcances de la discriminación. Sin ir más lejos, en el veredicto del caso Zamudio ni siquiera se menciona la palabra discriminación, como si este fenómeno fuese irrelevante. La discriminación puede operar como móvil de un ataque, o agudizar los abusos y violencia tras iniciarse un atropello por otras razones, esa es la realidad que policías y hasta jueces olvidan, pasando por alto la Ley Zamudio”, han añadido desde este colectivo.
El recuerdo de Daniel Zamudio, en la mente de todos
Se da la circunstancia de que este nuevo ataque ocurre pocos días después de conocerse el veredicto de culpabilidad de los cuatro acusados de la muerte de Daniel Zamudio, el joven gay que murió en marzo de 2012 en Santiago de Chile como consecuencia de otra brutal paliza. Una muerte que marcó un antes y un después en Chile por lo que al repudio social de la violencia homófoba se refiere, actuando además como revulsivo para desatascar el proyecto de ley contra la discriminación y mejorarlo tras años de tramitación parlamentaria. La “Ley Zamudio” fue aprobada en mayo de 2012 por el Congreso y promulgada por el presidente Sebastián Piñera en julio de 2012.
Sin embargo, y pese al indudable avance que esta ley ha supuesto, realidad jurídica y realidad social no siempre van de la mano, como se ha demostrado una vez más. Queda mucho trabajo por hacer para acabar con la LGTBfobia real, también en países en los que los marcos jurídicos ya ha dado pasos en ese sentido.
Deseamos a Wladimir Sepúlveda una total recuperación y aprovechamos para transmitir a familiares y amigos toda nuestra solidaridad.