02/07/2018 El Mundo.- Cada cuatro días a lo sumo se produce en alguna instalación deportiva un incidente constitutivo de un delito de odio contra la orientación sexual. La media está extraída de unos datos del Ministerio del Interior que no se actualizan desde 2015 ni se facilitan disgregados por regiones, pero que bajo la gélida estadística reflejan una realidad tangible en los terrenos de juego.
Para luchar contra la LGTBIfobia en el deporte la Comunidad de Madrid ha puesto en marcha un programa «pionero» de formación para técnicos, entrenadores y directivos de federaciones y clubes en el que ya han participado 150 personas. El objetivo es garantizar la correcta «atención a la diversidad» y prevenir y favorecer la detección de «conductas de acoso, discriminación o violencia a deportistas por razón de género».
«Estamos hablando incluso de algo supuestamente tan nimio como el lenguaje ofensivo (…); la propia Ley del Deporte penaliza por ejemplo que a una persona se la llame negro en un estadio de fútbol, pero no pasa nada si se le grita maricón», explica David Guerrero, presidente de la asociación Deporte y Diversidad.
Fue a instancias de esta organización como se gestó el convenio de colaboración suscrito el pasado mes de octubre con el Gobierno regional para impartir un programa de seminarios informativos para proteger los derechos del colectivo LGTBI que se han ido desarrollado en lo que va de año. La iniciativa, que cuenta con un presupuesto inicial de 150.000 euros, se reanudará tras el verano.
Entre otros contenidos, los asistentes reciben herramientas para poder identificar comportamientos discriminatorios, como la detección de «relaciones no normalizadas» por parte de uno de los jugadores que pueden ser un «indicio» de lo que sucede a escondidas de la vigilancia de un entrenador. También se recomienda la instalación de buzones para que «se pierda el miedo a denunciar» y se insta a los que se conciencie a los padres de la necesidad de crear «espacios no violentos» y que los clubes incluso expulsen o impidan la entrada a los que lo incumplan.
«Queremos facilitar que todos los deportistas puedan exponer su condición sexual sin miedo a sufrir una agresión por parte de sus compañeros pero, por supuesto, sin forzar a nadie a dar un paso al frente», explica el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Jaime de los Santos. De su área depende la promoción de unos seminarios con una duración de entre tres y nueve horas cuya acreditación es expedida a su vez por la Consejería de Políticas Sociales y Familia.
Con esta medida la Comunidad da cumplimiento también a la Ley de Identidad y Expresión de Género y a la de Protección Integral contra la LGTBIfobia y Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual, aprobadas en 2016 por la mayoría de la Asamblea de Madrid. En ambas se incluye la obligatoriedad de «garantizar la formación y sensibilización adecuada» de los profesionales de distintos ámbitos, incluido también el deportivo.
Por estos cursos han pasado directivos y entrenadores -el 35% de ellos mujeres- de distintas federaciones, como las de Fútbol, Natación, Baloncesto, Atletismo, Gimnasia, Lucha y Motociclismo, que se han interesado por «la realidad y los derechos de las personas trans». También han pedido «claves para el uso de un lenguaje y un discurso público diverso y sensible a todas las realidades».
Otras comunidades y ciudades han mostrado interés en un programa que bajo diferentes formatos se ha exportado ya a Barcelona y Vitoria, aunque en Gobierno regional reconocen que queda mucho por hacer. «Hay un hecho objetivo:mientras que en el resto de Europa hay deportistas profesionales en activo que han hecho pública su condición sexual, en España los pocos que hay pertenecen a deportes minoritarios o ligas menores», concluyen.
