El SPD pacta con los conservadores endurecer las reglas de asilo

| 5 julio, 2018

El nuevo pacto no incluye la instalación de centros cerrados en la frontera con Austria

05/07/2018 El Pais.- El partido socialdemócrata alemán (SPD) ha acordado con sus socios de Gobierno conservadores un paquete de medidas para frenar la inmigración ilegal y endurecer la política de asilo, que no contempla la creación de centros de detención cerrados para migrantes en la frontera como pactó el bloque de centro-derecha. La tramitación de las devoluciones de demandantes de asilo se llevará a cabo en cambio en dependencias policiales existentes. El acuerdo del SPD era necesario para poner en marcha las medidas acordadas por la canciller, Angela Merkel y Horst Seehofer, ministro de Interior y líder de la Unión demócrata Cristiana bávara (CSU).

“El derecho de asilo no incluye el derecho a elegir el país europeo en el que recibes asilo”, arranca el texto del compromiso. El acuerdo aspira a combatir la llamada “migración secundaria”, como exigía el ala bávara del bloque conservador que en las últimas semanas ha protagonizado una revuelta contra la canciller, Angela Merkel. Es decir, exigían acelerar la devolución de aquellos que lleguen a Alemania pero cuya solicitud de asilo deba ser procesada en otro Estado, según el reglamento de Dublín. En al actualidad solo se ejecuta un 15% de las solicitudes a otros Estados Miembros. El pacto no incluye medidas unilaterales como el rechazo en la frontera ni la posibilidad de crear centros cerrados, como pretendía inicialmente la CSU.

Según el nuevo acuerdo, “la policía federal utilizará para estos procedimientos de tránsito sus instalaciones ya existentes junto a la frontera”, según reza el acuerdo. “Del mismo modo que en los procedimientos de los aeropuertos, estas personas no entrarán en Alemania y la devolución tendrá lugar en 48 horas”. Siempre que se pueda, los demandantes serán trasladados a la zona de tránsito del aeropuerto de Múnich.

Las diferencias en política migratoria han provocado una profunda crisis de Gobierno que ha puesto en peligro la integridad del Ejecutivo de Berlín. La CSU exigió a Merkel medidas concretas para acelerar el regreso de los demandantes de asilo que lleguen a Alemania pero hayan iniciado el trámite en otro país de la UE, como ordena el reglamento de Dublín. Tras 15 días de alta tensión política y con el apoyo de una quincena de países europeos Merkel consiguió una serie de pactos bilaterales con países de la UE, que junto con el establecimiento de centros para migrantes en la frontera componen el grueso del acuerdo que la CDU alcanzó el pasado martes con la CSU. Faltaba sin embargo el visto bueno de los socialdemócratas, que ya en 2015 habían rechazado la creación de centros como los que contemplaba el pacto entre la CDU y la CSU.

Acelerar las repatriaciones de personas cuya solicitud de asilo hubiera sido denegada es otra de las medidas contempladas. El pacto también indica que este año se aprobará una nueva ley de inmigración para “mano de obra cualificada” inmigración para atajar la falta de trabajadores en numerosos sectores del mercado laboral alemán, como exigían los socialdemócratas.

La noche del jueves, la presidenta del partido, Andrea Nahles y el número dos y ministro de Finanzas de la gran coalición, Olaf Scholz, anunciaron tras una reunión tripartita en Berlín que habían pactado “un nuevo paquete para reorganizar la política de asilo” y que se trataba de “un buen resultado”.

Este pacto abre nuevos interrogantes sobre su aplicación. Para que los demandantes puedan ser devueltos debe en todo caso existir un convenio bilateral con otro país de la UE que acepte acogerlos. Numerosos países de la UE han adelantado su voluntad de colaborar de forma bilateral, pero a Berlín le falta sin embargo el acuerdo de Italia –de donde procede un tercio de la migración secundaria alemana- y de Austria, donde se supone que quedarían aquellas personas que no acepte Alemania a través de su frontera bávara.

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