DOS MANZANAS.- Scott Jones, un joven gay de 27 años, fue apuñalado la madrugada del pasado sábado 12 de octubre, cuando celebraba con unos amigos la apertura del estudio de arte de uno de ellos. Su estado es grave, aunque estable. Sin embargo, los médicos prevén que, a consecuencia de las puñaladas, quede paralizado de cintura para abajo de manera permanente. Su agresor, un joven de 19 años, ha sido detenido bajo el cargo, entre otros, de intento de asesinato.
Los hechos ocurrieron en New Glasgow, ciudad próxima a la localidad de Trenton, donde Scott tiene su residencia, ambas pertenecientes al estado canadiense de Nueva Escocia. Amy Punke, amiga y compañera de piso de Scott, le acompañaba en la noche en que ocurrió el ataque, aunque no pudo presenciar los hechos, pues se había adelantado con el resto de los amigos hasta el siguiente bar. Amy, no obstante, ha podido hablar con Scott en el hospital donde permanece ingresado, y este ha podido contarle lo ocurrido.
Según el relato de Scott, cuando se quedó solo en el bar dos hombres se le acercaron y, mientras uno de ellos le distraía, el otro se situó detrás de él y le susurró algo al oído, que Scott no pudo descifrar. Tras ello, le apuñaló dos veces en la espalda y le seccionó la garganta. Afortunadamente, esta última herida resultó superficial, pero las dos puñaladas afectaron gravemente a su médula espinal, provocándole la parálisis que ahora se teme permanente.
A las 11 de la noche del mismo sábado, la policía de New Glasgow detenía en Trenton al joven de 19 años Shane Edward Matheson, como responsable del ataque. Se le acusa de intento de asesinato, asalto con agravantes y posesión de arma blanca en un lugar público. También se enfrenta a cargos por la agresión a una joven de 18 años ocurrida horas antes, aunque los investigadores policiales estiman que ambos sucesos no están relacionados. Tras la vista preliminar que ha tenido lugar este martes 16 de octubre, Matheson deberá comparecer de nuevo el próximo día 31, en una audiencia donde se establecerá la permanencia en prisión o la posible fianza.
Las fuentes oficiales de la policía aún rehúsan calificar el ataque como un crimen de odio homófobo, pues el caso permanece en proceso de investigación, estando pendiente la toma de declaración de todos los testigos. Pero los familiares y amigos de Scott no albergan ninguna duda al respecto. El hecho de que el atacante y su compañero esperaran a que Scott se quedara solo, les hace sospechar que el ataque fue premeditado. Así lo declaraba Amy Punke: “yo misma, su familia y todas las personas que le conocen, sentimos que podría haber sido un objetivo por el hecho de ser gay. Él es abiertamente gay en esta pequeña ciudad”.
La comunidad LGTB de New Glasgow y del estado de Nueva Escocia está prestando todo su apoyo a Scott y a su familia. También está vigilando que tanto la policía como la fiscalía no desestimen arbitrariamente la motivación homófoba del ataque. Según su familia, Scott es “ese tipo de chico que todos se sienten afortunados de conocer. Siempre profundamente preocupado por su familia, sus amigos y la comunidad que le apoya”. El joven trabajaba como músico y director de coro, pero su futuro tras el ataque se aventura incierto. Su familia es consciente de que “el camino a recorrer por Scott será un reto emocional, físico y económico. Ya no será capaz de hacer todo aquello a lo que ha estado acostumbrado durante 27 años”. Por ello, han habilitado una página web, para que todos los que quieran colaborar de alguna manera puedan hacerlo.
