23/05/2018 La Vanguardia.- La Fiscalía de la Audiencia de Sevilla ha citado como investigados al alcalde de Coripe (Sevilla), Antonio Pérez (PSOE), y a la concejala de Festejos, Irene García Galván, tras una denuncia de ‘Movimiento contra la Intolerancia’ contra la ‘Quema de Judas’ donde tuvo lugar la quema de una muñeca que representaba la imagen de Ana Julia Quezada, la asesina confesa del niño Gabriel Cruz.
La Fiscalía de la Audiencia de Sevilla ha citado como investigados al alcalde de Coripe (Sevilla), Antonio Pérez (PSOE), y a la concejala de Festejos, Irene García Galván, tras una denuncia de ‘Movimiento contra la Intolerancia’ contra la ‘Quema de Judas’ donde tuvo lugar la quema de una muñeca que representaba la imagen de Ana Julia Quezada, la asesina confesa del niño Gabriel Cruz.
Según han indicado a Europa Press fuentes de la investigación, ambos tendrán que comparecer ante la Fiscalía el próximo 6 de junio por un posible delito de odio.
El pasado abril, la Fiscalía de Sevilla instruyó diligencias para investigar la denuncia presentada por ‘Movimiento contra la Intolerancia’, que envió a la Fiscalía de Delitos de Odio de Sevilla un vídeo de esta celebración que tuvo lugar el pasado Domingo de Resurrección para denunciar los hechos, lo que supuso que el Ministerio Público abriese una investigación.
La asociación solicitó a la Fiscalía «la apertura de diligencias de investigación que clarifiquen responsabilidades ante estos hechos por si los mismos fueran constitutivos de un delito contra las libertades y derechos fundamentales del 510 del Código Penal».
Para la asociación, se trata de unos hechos que, a su vez, son «contrarios a los más elementales principios del derecho reparador» y «obvian el necesario interés del menor, que ha de ser protegido en todo momento», ya que «públicamente» fomentan «el odio y la violencia hacia la muñeca representativa de la confesa criminal del niño Gabriel» y en ellos «podrían desarrollarse estereotipos y prejuicios de naturaleza racista, misógina y xenófoba».
La citada muñeca representativa de Ana Julia, según la asociación, fue llevada a la plaza escoltada por unos hombres vestidos de escopeteros que, antes de colgarla, le atizaron varios golpes para después ser tiroteada con munición de salva, hasta que empezó a arder quemándose en su totalidad.
Durante el transcurso de los hechos se escucharos expresiones «vejatorias y humillantes que hacían referencia a su condición de mujer negra, jaleando el linchamiento y la violencia», y todo esto se realizaba en un contexto popular con «menores presenciando los hechos», según subraya la asociación.