La extrema derecha de AfD atiza la bronca en el debate sobre los presupuestos de Merkel
17/05/2018 ABC.- Desde la fundación de la República Federal, no se había escuchado una palabra más alta que otra en el Parlamento alemán y nunca se había perdido la corrección política, tan a menudo denostada pero echada de menos en cuanto sale por la puerta, como ocurrió ayer, cuando el debate presupuestario derivó en bronca y abucheos. El partido antieuropeo y antiextranjeros Alternativa para Alemania (AfD) se servía del debate sobre los presupuestos generales de 2018 para saltar al abordaje de la última legislatura de Angela Merkel y dibujar un escenario en el que «los inmigrantes están destrozando nuestra economía y nuestro sistema de bienestar». Estas palabras eran pronunciadas en sede parlamentaria por la presidenta del grupo AfD, Alice Weidel, que ha dicho también que «burkas, chicas con velo, navajeros alimentados por el Estado, no asegurarán nuestra prosperidad, nuestro crecimiento económico». Su tono y expresiones como «extranjeros buenos para nada» causaron airadas protestas y abucheos.
El presidente del Bundestag, el cristianodemócrata (CDU) Wolfgang Schäuble, llamó la atención a Weidel, pero ella no estaba dispuesta a abandonar la tribuna sin hablar de Europa. «Están ustedes sacando dinero de este presupuesto para transferirlo a Bruselas, un agujero que después del Brexit será todavía mayor. Dinero a la UE, a la misma UE que ha sido necesario rescatar, de forma que ¡ahora somos tan inteligentes que pagamos nosotros nuestras propias exportaciones!… Y todavía he escuchado incluso alabanzas a los planes de Emmanuel Macron, sin respuesta a esa gigantesca transferencia de riqueza alemana a Europa, sin respuesta a esa propuesta de un ministro de Finanzas europeo, con alegría transfieren a París y a Bruselas las decisiones que deberían ser tomadas por este parlamento… permiten una irresponsable política del BCE a costa de los ahorradores y los contribuyentes… y aunque no son capaces de proteger siquiera a los alemanes, dejan entrar a millones a los que hemos de alimentar», acusaba, para terminar su intervención con la frase «este país está gobernado por idiotas».
Inmediatamente después de Weidel, subía a la tarima de oradores la canciller Merkel, que inició su discurso con un «Buenos días», como si la intervención anterior no hubiese existido, para seguir destacando las buenas cifras de la economía alemana, con el paro más bajo desde la reunificación y una vez más con un presupuesto equilibrado como expresión de una disciplina fiscal que permitirá que el año próximo la deuda alemana esté por debajo del 60 % del PIB. Merkel abordó también el tema de la inmigración, hablando de la necesidad de fortalecer Frontex y la defensa de las fronteras europeas, para deslizarse después por derroteros internacionales.
«Casi todos analfabetos»
Pero el siguiente turno de palabra correspondió al copresidente de AfD, Alexander Gauland, que volvió a la carga.
«Este país es una maravilla», ironizaba, «hay 83 millones de habitantes y, si restamos a los funcionarios, policías, médicos… el número real de contribuyentes queda reducido a 15 millones, son ellos los que tienen que sostener este circo». «Y ahora llegan los refugiados… entre los 200.000 que han entrado ya este año no hay apenas personas competentes, sino que son casi todos analfabetos».
AfD no aportó propuestas presupuestarias para 2018, sino que centró su discurso en los últimos meses de 2015, el momento de mayor entrada de refugiados a Alemania, y en lo que ellos denominan «la ruina de Europa». «Alemania no es un país rico, sino productivo», analizaba Gauland, «toda la fortuna de Alemania es solamente tres veces el PIB anual… si la alimentación de los inmigrantes nos cuesta el doble que el Ministerio de Investigación y Desarrollo, es fácil calcular que la capacidad productiva del país va a reducirse rápidamente». «Aquí se ha dicho que el islam forma parte de Alemania. Yo digo que la violencia, las violaciones y los ajustes de cuentas forman parte de Alemania. La policía recomienda a las alemanas que no salgan a correr solas, pronto no podremos ir a un mercado navideño o a un concierto… esa es la política de la CDU en el Bundestag», dijo Gauland.