Ahora, y con aquella rencilla aún presente entre aficiones, los ultras de extrema izquierda del Marsella –Trop Puissant, Commando Ultra 84, Fanatics y South Winners– acuden a Lyon con la intención de enfrentarse con los radicales de su eterno rival, de extrema derecha, y “destrozar” la ciudad y el estadio. Y, por este mismo motivo, la policía teme que los aficionados radicales del Atlético de Madrid se sumen a esta particular “fiesta” que no tiene nada que ver con el fútbol. “Esperemos que no pase nada y que todo lo importante suceda en el campo”, deseaba Godín el pasado miércoles en rueda de prensa.
Para garantizar la seguridad, Francia ha puesto en marcha medidas excepcionales de seguridad en los alrededores del estadio que se unen al protocolo antiterrorista. Con ello, los agentes tratarán de velar por el disfrute de los 10.000 aficionados rojiblancos que acudirán a Lyon para ver el partido. Mucho menos de lo esperado, pues el Atlético de Madrid ha tenido que devolver 1.200 entradas a la UEFA. El peligro, entre otras razones –como el escaso cartel de la final y el favoritismo de los colchoneros– ha fomentado la ausencia de muchos socios.
Esta situación, además, la ha alimentado –y calentado– en las últimas horas,Andoni Zubizarreta, director deportivo del conjunto francés: “Si nos vamos a los ultras y a situaciones complicadas, recuerdo algunas imágenes a orillas del Manzanares. Vamos a quedarnos con la gente que va a disfrutar a los partidos y a pasarlo bien, vamos a dejar a los que quedan en los partidos para pegarse”, reconoció.
Con esos precedentes y esta coyuntura, el Atlético de Madrid espera volver a levantar un título. “Llevamos mucho tiempo sin ganar. Este equipo lo necesita para que los mejores jugadores quieran venir y otros se quieran quedar”, reconoció Gabi la semana pasada. Y eso es lo que tratarán de hacer los colchoneros. De primeras, no pensando en el clima que se puede vivir en las calles de Lyon y, de segundas, haciendo valer sus argumentos futbolísticos y deportivos para salir con los brazos en alto de Lyon. Una copa para brindársela a Torres…. ¿y a Griezmann?