La Policía Municipal inicia una campaña para concienciar de los casos de violencia machista en Madrid
F. JAVIER BARROSO. EL PAÍS.- Salma (nombre ficticio) sale de la Unidad de Apoyo y Protección de la Mujer (UAPM), junto a Madrid Río, escoltada con dos policías municipales de paisano y se sube a un coche camuflado. La trasladan a los juzgados de violencia sobre la mujer, al norte de la capital. Esta víctima ha sido golpeada por su marido en la Cañada Real. Él se encuentra ahora detenido y se enfrenta a un juicio rápido por quebrantamiento de una orden de alejamiento.
Esta mujer norteafricana es una de las 1.600 que están protegidas por la Policía Municipal de la capital. Este cuerpo ha iniciado una campaña para hacer más visible el grave problema de la violencia machista y que los madrileños tomen conciencia de que denunciar es el único método para acabar con esta lacra. En la UAPM trabajan 90 agentes (16% de ellos mujeres) que cubren las 24 horas del día y los 365 días del año.
La cuenta de Twitter de la Policía Municipal refleja todas las semanas un mínimo de dos o tres casos de hombres detenidos cuando estaban pegando a sus mujeres. Muchos de ellos se saltan las órdenes de alejamiento. “Lo importante es que alguien nos llame en cuanto oiga o vea que hay problemas. La detección temprana es fundamental”, afirma la oficial responsable de la UAPM, Marta Fernández.
Cuando el 112, el 092 o el 091 reciben una llamada por un posible caso de violencia machista, se activan todos los recursos para evitar el caso. Se acerca el patrulla más próximo y se activa a la UAPM para ver si la mujer ya ha denunciado o si existe alguna orden de alejamiento en vigor. Los agentes deben fijarse si la mujer sufre lesiones, si ha recibido golpes o si está especialmente nerviosa. A ello se añade un análisis de la vivienda, como que esté revuelta o haya signos de violencia, como jarrones rotos o muebles tirados.
Si el caso es positivo y ha habido agresión (física o psicológica), se produce la detención del autor. “A ella se le ofrece todos los recursos para llevarla a un centro de acogida con sus hijos y sus enseres, en caso de ser necesario”, explica Fernández.
Los casos se catalogan en función del riesgo que sufre la mujer. La semana pasada, había un caso extremo (el nivel máximo de esta escala) en la capital. Eso supone que la víctima tiene vigilancia fija en su domicilio y en todos los traslados. Ella, y sus familiares más cercanos. Los agentes van de paisano y casi siempre pasan completamente inadvertidos. “Nuestra intención es detener a la pareja si desobedece la orden de protección”, recuerda la oficial. A partir de ahí, puede ingresar en prisión.
La Policía Municipal tiene en estos momentos unos 1.600 casos activos. No existe perfil en la violencia machista. Se da en todos los estratos sociales, en todas las edades y en todos los barrios. Eso sí, los agentes han detectado mayor incidencia en Puente de Vallecas y Carabanchel. Latina y Usera se disputan el tercer puesto. El mayor número de agresiones se produce desde las ocho de la tarde hasta las dos de la madrugada. Por días, predominan los fines de semana.
Por factores de riesgo, destacan que el hombre consuma alcohol o drogas, que tenga problemas mentales o que tenga acceso a armas de fuego suyas o de terceros. La víctima suele tener mayores problemas si se encuentra sola en España, tiene hijos menores o depende económicamente de su pareja.
Cuando el hombre es detenido, se celebra un juicio rápido en el que el juez decide si adopta alguna medida cautelar. Todas estas quedan registradas en la base de datos de la UAPM, que las actualiza al detalle. Ese es el caso de Salma, cuyo magistrado decidió poner en libertad a su pareja con una segunda orden de protección. Eso sí, esta vez estará más controlado gracias a un dispositivo telemático (pulsera) que activará una alarma cuando se acerque a la mujer. Una vez terminada la vista, Los agentes escoltan a la mujer a su vivienda.