El ataque se produjo en Palencia el sábado, Día de la Fiesta Nacional.
El Movimiento contra la Intolerancia asegura que existen «indicios sobrados» de que fue perpetrado por individuos de ideología neonazi.
Las agresiones a causa de la orientación sexual, raza o etnia superan al año la cifra de 4.000, según ONGs especializadas.
DAVID NORIEGA. ELDIARIO.ES.- Caminaban tranquilamente por Palencia cuando dos hombres los atacaron sin mediar palabra. Adolfo Infante y su marido se dirigían a su coche la noche del sábado cuando un individuo desconocido los abrazó. Al intentar zafarse, éste y su acompañante comenzaron a agredirles al grito de «¡sois maricones!». Tras tratar de escapar para llamar a la policía, los golpes continuaron hasta que un grupo de efectivos se personó en el lugar.
Para el presidente de Movimiento contra la Intolerancia, Estaban Ibarra, esta agresión tiene «indicios sobrados» de haber sido perpetrada por individuos de clara tendencia neonazi, a pesar de que su estética no se correspondía con la de los habituales grupos fascistas. En primer lugar, por los gritos e insultos –entre los que, además de «maricones» e «hijos de puta» se llegó a escuchar «Arriba España, fuera maricones»–, pero también por el contexto.
El ataque se produjo precisamente el 12 de octubre, Día de la Fiesta Nacional. Un día en el que, según ha explicado Ibarra, «ha habido en toda España grupos fascistas que han salido a la calle». En ese sentido, Infante, que también ha explicado a eldiario.es que sus agresores levantaron varias veces el brazo a modo de saludo fascista, ha considerado que «estaban un poco exaltados por el día».
Con su denuncia pública, Adolfo Infante, que además de las contusiones se ha visto obligado a llevar collarín, ha querido que las autoridades «tomen conciencia de este tipo de delincuentes e ideologías que tienen barra libre». Una idea que ha apoyado Ibarra al tachar de «condescendiente» al Estado español, que «mira para otro lado» ante las organizaciones neonazis.
Un recuento de las agresiones
Asociaciones como la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) o el Movimiento contra la Intolerancia han aprovechado para reclamar un registro de delitos de odio, un archivo que también han exigido desde el Consejo de Europa y la OSCE.
Este registro permitiría realizar un recuento efectivo del número de agresiones que sufren los ciudadanos por motivos de orientación sexual, raza, etnia o, incluso, edad: unas 4.000 al año, según la organización que dirige Ibarra. Con esos datos, según ha señalado Ibarra, podría plantearse «una política criminal efectiva, teniendo en cuenta las zonas donde se producen más ataques a determinados colectivos», y ponerse en marcha «políticas de apoyo a las víctimas».
En esta línea, el pasado mes de enero se dictó una directiva europea de apoyo a las víctimas de delitos violentos, que reconoce tanto a los afectados por terrorismo y violencia de género como a las víctimas de delitos de odio. Sin embargo, «España no avanza en este tema», ha lamentado Ibarra, quien asegura que la lucha contra la intolerancia «depende de la voluntad política», a pesar de que «diferentes Gobiernos han manifestado su indolencia».
Como señalan desde la FELGTB, actualmente el agravante de discriminación para un ataque se aplica únicamente si en el atestado policial se incluye que la motivación ha sido la intolerancia, por lo que también es indispensable la instrucción y la sensibilización de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.