«El Yunque es una realidad y no hace ningún bien a la sociedad», resume Pablo Hertfelder, hijo del considerado cabeza de la sociedad. Hertfelder, que preside un grupo de jóvenes de la facción más conservadora, incide en la fractura que las asociaciones pro-vida evidenciaron hace una semana al pedir a los obispos que se deshagan de la sociedad
JESÚS BASTANTE. ELDIARIO.ES.- «Yo he sufrido mucho. El Yunque es una realidad y no hace ningún bien a la sociedad». Quien habla no es un cualquiera. Es, ni más ni menos, Pablo Hertfelder, presidente de la asociación Jóvenes Pro-Familia y, lo que resulta más relevante, hijo de Eduardo Hertfelder, el polémico presidente del Instituto de Política Familiar al que muchos señalan como el líder de El Yunque en España.
Tras la denuncia nacida en el propio seno del núcleo más conservador del catolicismo español, –las asociaciones de familia como RedMadre o Foro Social de la Familia– ante la Conferencia Episcopal, los jóvenes pro-vida y, especialmente, el propio Hertfelder, han dicho «basta», y desvelan que esta asociación , al que algunos vinculan con organizaciones como HazteOír o el Instituto de Política Familiar, «es una realidad, y no hace ningún bien».
«Te quieren hacer ver que son buenos, pero no lo son, yo he sufrido mucho por este tema, ya estoy cansado de haber callado tantas cosas», afirma Hertfelder hijo, desvinculándose claramente de cualquier ligadura, personal, familiar o institucional. «Nunca he pertenecido» a esa sociedad, se ha excusado.
La Organización de El Yunque, más bien conocida como Organización del Bien Común, «ha estallado en el movimiento provida y no puede seguir así», ha respaldado, en un comunicado, la asociación Jóvenes Pro-Familia, el organismo que dirige Hertfelder. Se adhieren así a la petición formulada hace unas semanas a los obispos por parte de las asociaciones de familia, para que los miembros de El Yunque «dejen de manipular, acosar e intimidar a las demás asociaciones, incluso que dejen de robar ideas de actuación y proyectos».
Los responsables del asociacionismo familiar urgen a «una coordinación de todos los grupos y plataformas sensibles a esta dimensión», pero recuerdan cómo, en el pasado, «se quebró la unidad» entre los grupos católicos por «determinadas metodologías dañinas para el trabajo asociado, así como para muchas personas». En el ámbito de las organizaciones pro familia no se olvida el papel que destacados miembros de El Yunque tuvieron durante las protestas contra Educación para la Ciudadanía, lo que provocó una ruptura que, ocho años después, aún no se ha restablecido.
Informe a disposición
«Los obispos de la CEE tienen a su disposición un informe elaborado en 2010 con numerosos testigos, sobre la naturaleza de esta organización política con visión mesiánica y su incidencia en el asociacionismo cristiano», recuerda el documento.
Por su parte, Jóvenes Pro-Familia, ha instado a que las asociaciones que pertenecen El Yunque, se pronuncien, regularicen canónicamente o legalmente, mostrando verdaderamente que es lo que hacen y cuáles son sus finalidades: «Es inadmisible que el Yunque siga presionando, intimidando e incluso amenazando como han denunciado las demás entidades».
Para Pablo Hertfelder, el Yunque «puede llegar incluso a hacerte pensar que los adversarios son los que verdaderamente, defienden la causa provida y defienden a la Iglesia. Puede llegar incluso a hacerte pensar que los malos, son los que verdaderamente muestran la realidad. Los que van con la verdad por delante y no ocultando pertenecer a otras realidades».