Falange Vasconavarra, que asegura tener hasta 100 miembros, ha señalado a través de las redes sociales a varios locales que posteriormente han sido atacados. Sus jefes niegan cualquier responsabilidad y se declaran como un partido “amante del orden”.
DANILO ALBIN. PÚBLICO.- Primer acto. Alguien, desde algún ordenador, escribe un mensaje y lo acompaña con una foto. Por ejemplo, de la sede de un partido político. También puede ser una radio alternativa o una local sociocultural. La condición es que allí se junten personas fácilmente identificables con la izquierda, la memoria y el antifascismo. Segundo acto: el local señalado aparece con pintadas amenazantes, del estilo “os mataremos”, acompañadas con una esvástica, unos yugos y un emblema que raya el humor negro: “Falange ETA Berria” (Falange nueva ETA). Esta secuencia, entre extraña y aterradora, empieza a ser habitual en distintas zonas del País Vasco y Navarra.
Desde hace algunas semanas, varios locales políticos y sociales han sufrido ataques de este tipo. En algunos casos, los lugares afectados habían sido señalados previamente por Falange Vasconavarra, un grupo ultraderechista de reciente creación que acaba de proclamarse como la filial del partido político La Falange –inscripto legalmente en el ministerio de Interior- en este territorio.
“Atacar es quemar, destruir, matar, herir… Esto es pura libertad de expresión, no un ataque”. Así definieron lo ocurrido el pasado viernes 15 de diciembre en el local de la radio Hala Bedi en Vitoria, que amaneció con pintadas falangistas. Anteriormente, esa sede había sido señalada en al menos tres mensajes de FVN. “No hay libertad de expresión para el error y el mal”, apuntaron en uno de sus tuits.
Los ultraderechistas también se hicieron eco de las pintadas realizadas en la fachada de la sede del partido político Alternatiba, que actualmente forma parte de EH Bildu. Además de dejar varias pegatinas de La Falange, los atacantes escribieron “Víctor Lainez, presente”, en alusión al falangista que falleció tras ser agredido en Zaragoza. Unos días antes, FVN había publicado la ubicación de las oficinas de Alternatiba. Tras las pintadas, la formación de izquierdas presentó una denuncia por este ataque.
Algunas semanas antes, FVN había asegurado que las pintadas realizadas en la madrugada del pasado 13 de noviembre contra la sede de Podemos en Vitoria –“vertedero municipal”, “asquerosos” o “Cataluña es España”- habían sido obra de sus “juventudes alavesas”.
“Los muertos serían ellos”
Los mensajes amenazantes se incrementaron tras la muerte de Víctor Lainez. También los ataques. “Dos ojos por ojo, dos dientes por diente. Se abre la veda”, advirtieron tras conocerse su fallecimiento. “Si hubieses vivido en Vascongadas o Navarra ahora no estarías muerto, sino en prisión: los muertos serían ellos”, añadieron los falangistas.
El último ataque tuvo lugar en Altsasu, donde se repitió la dinámica de “acción-reacción” que ya se había observado en casos anteriores. El 11 de diciembre pasado, FVN publicó una foto de la sociedad gastronómica Zubi-Ondo, donde habitualmente suelen reunirse vecinos de esta localidad navarra. “Gora Falange”(Viva Falange), “akabatuko zaituztegu” (os mataremos) o “Falange E.T.A. berria” (Falange nueva ETA), fueron los mensajes que dejaron en su fachada. “Todavía queda gente decente en Alsasua. Pueblo maldito de etarras canallas y miserables. Nuestra más enérgica repulsa”, escribió la organización falangista en Twitter.
Amigos de “patriotas”
En este contexto, Público logró contactar con FVN, que accedió a responder a una serie de preguntas vía correo electrónico. En su mensaje, que lleva la firma de la Jefatura Territorial de Falange en Vascongadas y Navarra, aseguran que este grupo nació en 2010 y que actualmente dispone de “cerca de cien” miembros, aunque aclara que “no todos con el mismo grado de compromiso”. Respecto a sus objetivos, aseguraron que “de momento, en lo que a esta territorial se refiere, recabar información e ir publicándola según convenga. Y difundir el ideal falangista, así como aumentar la militancia”. También dijeron que condenaban “todo acto de violencia o amenaza contra las personas y daño contra las cosas”.
Los portavoces de FVN negaron cualquier relación con Ignacio Irusta Sánchez, alias “El Barbas”, un conocido ultraderechista vasco que en 2015 fue condenado a dos años de cárcel por su pertenencia a Falange y Tradición (FyT), el grupúsculo que durante algunos meses se dedicó a perpetrar ataques contra monolitos y otros símbolos dedicados a las víctimas del franquismo en Navarra. Junto a él fueron condenados otros dos falangistas, a los que se les atribuyó distintas pintadas contra militantes de izquierda. Como ninguno de ellos tenía antecedentes penales, evitaron entrar en prisión. “El camarada Irusta en este momento no está entre nosotros. FVN no tiene nada que ver con FyT, salvo el ideal falangista que a FyT animaba”, subrayaron.
Del mismo modo, aseguraron que están en contacto con “todos los grupos patriotas”, en alusión a los partidos de extrema derecha que actúan a día de hoy en España. Sólo descartaron a VOX, formación que calificaron como “marca blanca del sistema”, así como a “grupúsculos neonazis de tarados”. De cara al exterior, dijeron que mantienen relación con “grupos patrióticos franceses, rumanos, alemanes, italianos, húngaros, polacos”.
Amenazas a Otegi
Entre las personas y entidades señaladas por FVN se encuentran también el dirigente independentista Arnaldo Otegi –publicaron la dirección de su vivienda en Elgoibar-, el parlamentario de Alternatiba Oskar Matute, el sociólogo Jakue Pascual o el portavoz de Sare Antifaxista (Red Antifascista), Eduardo González, quien ya había sido amenazado en anteriores ocasiones.
“Todos los bares de la calle Somera del casco viejo de Bilbao, con la excepción de algún restaurante tradicional, son aquí la madriguera de los filoetarras vascomaquetos. Allí encontraréis al cacique antifaxista (sic) Eduardo González Suárez”, advirtieron hace algunas semanas.