Schäuble advierte a los ultras que no permitirá discursos «no civilizados» en el Bundestag

, | 24 octubre, 2017

El hecho de que un partido considerado de extrema derecha como Alternativa para Alemania (AfD) vuelva a sentarse en el parlamento alemán había generado una gran tensión sobre esta sesión constitutiva del Parlamento

ROSALÍA SÁNCHEZ. ABC.- El hecho de que un partido considerado de extrema derecha como Alternativa para Alemania (AfD) vuelva a sentarse en el parlamento alemán había generado una gran tensión sobre esta sesión constitutiva del Bundestag. En su discurso de apertura, el diputado con más años en la cámara, el liberal Hermann Otto Solms, ha intentado orientar las reglas de juego parlamentario de ahora en adelante, recordando que «hemos de aceptar la decisión del electorado, el parlamento es y debe ser un espejo de la sociedad, por eso no debemos estigmatizar a ningún partido y aceptar que todos tenemos el mismo mandato». «Es un privilegio sentarse en esta cámara», ha reconocido, recordando que su partido llevaba cuatro años fuera del Bundestag y que finalmente ha logrado recuperar la confianza de los votantes. «Y si todos tenemos el mismo mandato, hemos de recordar también que todos tenemos las mismas obligaciones», ha subrayado, aludiendo a la defensa de los valores democráticos y los valores que defiende la Constitución alemana.

Solms ha llamado a los diputados alemanes a recuperar para el Bundestag un debate social «que cada día se traslada a las redes y a los talkshows televisivos, cuando es aquí a donde pertenece», indicando que el camino de la vida parlamentaria debe contener «controversias, sí, pero que no lleven a cavar tumbas ideológicas». También ha criticado legislaciones ad hoc, como la reforma impulsada en el último momento para evitar que su discurso inaugural fuera pronunciado, como marcaba la tradición, por el diputado de más edad, honor que hubiera correspondido a Wilhem von Gottberg, de 77 años y miembro de AfD.

Sus llamadas al trabajo conjunto y leal entre los parridos, sin embargo, no parecen calar en una cámara que, en su primera sesión de legislatura, está ofreciendo un debate más crispado que nunca. «El hecho de que tengamos aquí sentada a la extrema derecha se lo debemos a la señora Merkel», ha atacado el parlamentario socialdemócrata Carsten Schneider en su primera oportunidad de intervención. «Los partidos del gobierno quieren aislar a Alternativa para Alemania, como Göering en 1933 quiso aislar a los suyos», ha dicho Bernd Baumann, el primero de los diputados de AfD que ha ocupado la tribuna de oradores. Jan Korte, de Die Linke (la Izquierda), ha hablado por su parte de «regreso del fascismo», sumando así palabras mayores a las que esta cámara se ha mantenido ajena desde la fundación de la República Federal. «Tanto la extrema derecha como la extrema izquierda intentan violar los valores que sostienen esta tribuna», ha concluido el diputado liberal Marco Buschmann.

Schäuble, presidente del Bundestag

El encargado de gobernar esta situación sin precedentes, esta es la principal garantía de que la vida parlamentaria alemana se mantendrá en su cauce durante esta legislatura, es el hasta ahora ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble, elegido hoy con 501 votos de un total de 709. Esto quiere decir que, además del voto en contra de AfD, algunos diputados socialdemócratas han votado también contra su presidencia parlamentaria.

«Todos nosotros hemos sido elegidos legítimamente por el pueblo alemán, pero todos hemos de tener presente que ninguno de nosotros lo representa por sí solo», ha reivindicado Schäuble en su primera intervención como presidente del Bundestag, marcando desde el principio las líneas rojas que no está dispuesto a dejar traspasar a nadie. «Aquí se va a discutir y debatir, sí, pero se va a discutir de acuerdo a unas reglas que serán respetadas por todos», ha dicho, advirtiendo que estará muy atento a «la forma en que nos hablamos aquí los unos a los otros» y poniendo por delante que no permitirá «ciertos tonos no civilizados que desgraciadamente hemos escuchado en la política alemana durante los últimos meses».

Schäuble ha quitado hierro a la crispación actual de la política alemana recurriendo, en su discurso, a la memoria parlamentaria alemana que almacena en su propio currículum. «La primera vez que me senté como disputado en el Bundestag, todavía en Bonn, en 1972, la tensión era extrema y la sociedad alemana estaba altamente politizada, movilizada y paralizada», ha recordado, haciendo un repaso por los años 80 y las graves disputas parlamentarias sobre la OTAN, la Guerra Fría y Caída del Muro de Berlín. «Si algo puedo asegurar es que los tiempos han sido siempre de crisis y cambiantes», ha dicho, refiriéndose después a los elementos de cambio e incertidumbre que llevan ahora a una nueva constelación en la cámara. «La globalización, la tecnología, la incertidumbre internacional, generan sentimientos de inseguridad, quiebran certezas de identidad y todo eso lleva a un debate más brusco», ha diagnosticado Schäuble, explicando así la mayor fragmentación y llamando al parlamento a cumplir con el principal de sus deberes: «Reunir los diferentes intereses, opiniones, sensibilidades… traer toda esa realidad al parlamento y destilarla en leyes a través de compromisos y respeto a las decisiones por mayoría», con el objetivo de apuntalar la «democracia representativa», sin la cual, ha dicho, no serían posibles todas esas reivindicaciones.

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