Su jefe pide comparecer ante las Cortes de Aragón, cuyo proyecto de Ley de Memoria Democrática propone sancionar con multas las “expresiones ofensivas, vejatorias o atentatorias contra la dignidad de las víctimas de la guerra civil”
EDUARDO BAYONA. PÚBLICO.- La Falange Española de las Jons reclama inmunidad para cantar en público el ‘Cara al sol’. Su jefe estatal, Norberto Pico, ha solicitado intervenir ante la Comisión de Comparecencias de las Cortes de Aragón para reclamar que la interpretación de esa pieza y la exhibición de la bandera con el yugo y las flechas, símbolos emblemáticos del franquismo en ambos casos, no puedan ser sancionados con la futura Ley de Memoria Democrática de la comunidad.
La primera versión de esa norma, adelantada por Público, proponía sancionar con la retirada de subvenciones los actos de enaltecimiento institucional del franquismo y de los sublevados, como mantener símbolos y homenajes. El texto remitido finalmente a las Cortes, tras un periodo de participación en el que recibió más de 600 alegaciones, contempla multas con 2.001 a 10.000 para quien utilice “expresiones ofensivas, vejatorias o atentatorias contra la dignidad de las victimas de la guerra civil o la dictadura franquista (…) cuando estas categorias de conductas no puedan ser tipificadas como delito de incitación al odio”.
Esas acciones, tipificadas como graves, pasarían a ser consideradas muy graves si el autor reincidiera en el año siguiente a que el primer episodio hubiera sido castigado mediante una resolución administrativa firme, con lo que la multa pasaría a la franja de 10.001 a 150.000 euros. En ambos casos, las sanciones pecuniarias pueden ir acompañadas de otras como “la pérdida del derecho a obtener subvenciones, bonificaciones o ayudas públicas por un periodo máximo de dos, tres o cinco años”, según “la gravedad de los hechos y su repercusión”.
Informe favorable
El jefe de Falange, Norberto Pico, sostiene que no se puede incluir el ‘Cara al sol’ o las banderas con yugos y flechas entre las expresiones y actos sancionables, por lo que ha solicitado comparecer ante esta comisión para defender esa tesis.
Según indica en su petición, el proyecto de ley “puede poner en riesgo la libertad de actuación política de nuestro partido, suponiendo ello un menoscabo al pluralismo político consagrado en la Constitución Española como valor fundamental de nuestro ordenamiento jurídico”, además de presentar “claros indicios de inconstitucionalidad” y entrañar el riesgo de “impedir el ejercicio de algunos de sus derechos fundamentales a los afiliados, simpatizantes y votantes de nuestro partido”.
La Mesa de las Cortes, presidida por Violeta Barba, de Podemos, y con dos miembros de PP (Antonio Torres y Yolanda Vallés) y otros dos de PSOE (Florencio García y Julia Vicente), se reúne hoy para tratar, entre otros asuntos, esta solicitud, sobre la que los Servicios Jurídicos de las Cortes de Aragón han emitido un informe favorable. De ser aprobada, su señalamiento quedaría en manos de la mesa de la comisión, formada por Itxaso Cabrera (Podemos), Modesto Lobón (PP) y Margarita Périz (PSOE).
Cuando se produzca, tendrá un punto de momento histórico, ya que será una de las escasas ocasiones, si no la primera, en las que interviene ante un parlamento democrático un representante de la Falange. O de una de sus facciones, ya que el Ministerio del Interior tiene registrados doce partidos con esa palabra en su denominación oficial, ninguno de los cuales ha obtenido nunca representación parlamentaria en España.
Limbo jurídico
Este movimiento de Falange se produce ante la situación de limbo jurídico en la que, a efectos memorialistas, parece haber quedado tras el entierro del exministro franquista José Utrera Molina la interpretación de esta pieza musical emblemática de la dictadura, que durante décadas obligó a cantarla en escuelas y actos públicos.
La Junta de Andalucía descartó llevarlo a la Fiscalía, algo que sí hizo Podemos, aunque sin éxito.
El ministerio público descartó que su canto pudiera constituir un delito de odio, aunque remitió su investigación al Gobierno andaluz para que este determine si vulneró el artículo de su Ley de Memoria que le ordena prevenir y evitar “la realización de actos efectuados en público que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares, exaltación del golpe militar o del franquismo”.
Todo apunta a que, salvo improbables cambios en el régimen sancionador del proyecto de ley, será en Aragón donde se dilucide si, en caso de conflicto, debe primar el derecho a difundir un himno o a evitar sus eventuales efectos vejatorios.
»Como mínimo, los pelos de punta»
“El ‘Cara al sol’ es anterior a la guerra civil, y figura desde 1976 como himno de Falange en los estatutos registrados en el Ministerio del Interior, y ocurre lo mismo con la bandera”, señala Pico, que añade que “no creemos que se pueda sancionar su exhibición, y queremos que las Cortes de Aragón lo sepan antes de tramitar esa ley”.
“¿El ‘Cara al sol puede resultar ofensivo para alguien? Puede, pero si deciden que hay que sancionarlo podrían estar restringiendo los derechos de nuestros militantes”, sostiene Pico, quien, no obstante, admite que el proyecto de ley no incluye referencias explícitas a la partitura ni a la bandera.
“Lo único que pedimos para las víctimas es respeto”, señala, por el contrario, Enrique Gómez, de Armha (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón), quien sostiene que, para una víctima de la dictadura, escuchar es pieza, “como mínimo, te pone los pelos de punta”. Los representantes de la Falange “van a exponer argumentos negacionistas”, pronostica, cuando “hay 114.000 personas en las cunetas pendientes de ser reconocidas como víctimas”.