Todo se torció en el minuto 35, cuando el colegiado señaló un penalti a favor del Jaraíz que supuso el 1-0
HOY.- El último episodio de violencia en el planeta fútbol ocurrió ayer viernes en Jaraíz de la Vera. Dentro de la penúltima jornada de la Primera Extremeña, el colegiado Neroy Muñoz García tuvo que suspender al descanso el partido que jugaban Jaraíz, con necesidad de sumar los tres puntos para apurar sus opciones de salir de la promoción de descenso, y Las Hurdes, salvado hace varias jornadas, para acudir al Hospital tras sufrir una presunta agresión por parte de un jugador de Las Hurdes.
Todo se torció en el minuto 35, cuando el colegiado señaló un penalti a favor del Jaraíz que supuso el 1-0. Las posteriores protestas visitantes se saldaron con varias amarillas y una expulsión. Tres minutos después, una falta de César Antón en el centro del campo le hizo ver la segunda amarilla. Y ahí se montó la ‘reyerta’. Según los colegiados, el jugador le agarró del cuello de forma violenta. Según jugadores de Las Hurdes, fue un empujón a la altura del pecho. Entre unos y otros evitaron que la cosa fuera a más.
El caso es que Neroy Muñoz decidió señalar el descanso antes de tiempo y, ya en vestuarios y con la zona dolorida, pidió la asistencia de las fuerzas de seguridad y de los médicos. El árbitro decidió entonces suspender el encuentro y, con un collarín, acudió al Hospital Campo Arañuelo de Navalmoral para someterse a más pruebas diagnósticas.