El Observatori Contra l’Homofòbia reclama un protocolo específico para estos casos. La entidad denuncia la «falta de voluntad política» para implementar la normativa en vigor
VÍCTOR VARGAS LLAMAS. EL PERIODICO.- Si hay algo en lo que la homofobia no hace discriminación es en la edad. Y para muestra, ahí está el botón de los casos de acoso escolar contra menores lesbianas, gais, transexuales o intersexuales (LGTBI) que se registraron en Catalunya durante el año pasado, cuando se erigió en la manifestación homófoba que experimentó un mayor incremento. En concreto, se triplicaron los casos denunciados, pasando del 4,4% del 2015 al 13,1% del año pasado, y aupándose hasta el segundo puesto de la sincidencias que constató el Observatori Contra l’Homofòbia (OCH), a la misma altura de las incidencias relacionadas con los discursos de odio y exaltación de la LGTBIfobia.
Esa es una de las alertas sobre las que más ha enfatizado el presidente del OCH, Eugeni Rodríguez, durante la presentación del ‘Informe del estado de la LGTBIfobia en el 2016’, que se ha dado a conocer este jueves. «Se hace evidente la necesidad de un protocolo específico que aplicar en este tipo de acoso a menores. Son de los casos de mayor vulenrabilidad porque con 6 o 7 años no tienen constancia de adónde dirigirse para recibir ayuda cuando son víctimas de ‘bullying’ por su orientación sexual».
El análisis, que cuenta con la supervisión de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), destaca que las instituciones deberían trazar una hoja de ruta «para dar una respuesta rápida y justa a aquellas personas que sufren este tipo de violencia producto de la discriminación». A raíz de los casos recibidos, los expertos subrayan la percepción de «la urgente necesidad de formación en cuestiones de género que requeriría el personal profesional que se desempeña en la etapa de educación obligatoria».
DUALIDAD
Las agresiones, físicas o verbales, continúan al frente de las discriminaciones homófobas, con un 30,9% de los casos, con el mismo registro que en el balance del año precedente. Tras estas denuncias, así como las de ‘bullying’ y discursos de incitación al odio, aparecen las incidencias relacionadas con el ámbito institucional (11,9%) y las del ámbito familiar, con un 6%, idéntico porcentaje a las del derecho de admisión a establecimientos y las registradas en el ámbito laboral.
Continúa la tendencia de años anteriores de que el grupo que acumula mayores incidencias sea el de hombres gais y bisexuales, especialmente del tipo de agresiones, si bien merece el OCH destaca el «aumento considerable» del resto de categorías, con mención especial para las dos denuncias de personas intersexuales, «que ayudan a conocer su realidad y todo el trabajo que hay que desarrollar en este sentido».
Un escenario que lleva a Rodríguez a denunciar la «falta de voluntad política» para implementar la ley contra la homofobia que se aprobó en el 2014. «Hay un imaginario colectivo que valora positivamente la presencia de una norma que garantiza los derechos LGTBI en caso de agresión, pero hay también la apreciación de que hasta ahora son las entidades las que están haciendo acompañamiento efectivo a las víctimas ante la inacción de la Generalitat», resume el dirigente del OCH. «Y nada cambiará mientras no aumente la dotación presupuestaria y la homofobia pase a ser un tema de primera línea en la agenda política catalana», ha zanjado.