El Centro Simon Wiesenthal Center pide a las autoridades lituanas que prohiban las manifestaciones neonazis previstas para el Día de la Independencia de Lituania.
19/02/2013
En una conferencia de prensa convocada por el Jefe del Centro caza nazis en Israerl, Dr. Efraim Zuroff, junto con el activista de Vilnius, Profesor Dovid Cratz, han presentado una demanda para prohnibir las marchas que, desde 2008, cuando empezaron a celebrarse, han incitado al odio contra las minorías del país, principalmente contra la pequeña comunidad judía local.
Zuroff presentó un estudio histórico sobre el crecimiento del antisemitismo después de la entrada en la Unión Europea y en la OTAN, a la que siguió el fracaso para castigar cualquiera de los numerosos casos de criminales de guerra nazi juzgados en tribunales lituanos.
«Desde 2008, las autoridades lituanas han liderados los esfuerzos para promover el bulo de la equivalencia histórica entre los crímenes comunistas y nazis y han glorificado a varios nacionalistas que participaron activamente en la persecución de la comunidad judía lituana durante el Holocausto, lo que explica el resurgimiento de la ideología fascista y el extremismo nacionalista como se manifestó en las marchas», según declaró el Centro Simon Wiesenthal.
«El mejor camino para combatir el resurgimiento de la ultraderecha y del nacionalismo extremo en Lituania es confrontar honestamente la Historia del Holocausto del país, lo que incluye la complicidad extensa de los colaboradores nazis en los asesinatos masivos de judíos lituanos y también de judíos en otras partes», afirmó Zuroff durante su presentación.
«El fracaso del país en este punto, para hacer el retrato preciso y honesto del papel de todos los sectores de la Sociedad Lituana en los crímenes del Holocausto es el precedente y el factor clave en el crecimiento del ultranacionalismo en Lituania», añadió. «En vez de decir la dolorosa verdad sobre los críemenes lituanos, en los últimos años el gobierno prefirió convertir a algunos criminales en héroes y rebajó la singularidad del Holocausto».
FUENTE: Arutz Sheva