Los investigadores entregaron ayer su informe al Juzgado de Instrucción Número 9 y a la Fiscalía de Menores – «No tengo fuerzas, no me apetece ni cantar y eso es raro en mí», escribió la víctima en uno de sus diarios
ANA LUCAS. LA OPINIÓN DE MURCIA.- Lucía, la niña que el mes pasado se quitaba la vida con sólo 13 años en su casa de Aljucer, llevaba sufriendo acoso desde que iba a Primaria. Es una de las conclusiones del atestado policial sobre el caso, que desde ayer se halla en poder tanto del Juzgado de Instrucción Número 9 de Murcia como de la Fiscalía de Menores, informaron fuentes judiciales.
Es el Juzgado Número 9 el que se ocupa del asunto porque es el que se hallaba en funciones de guardia el día que Peligros Menárguez encontró a su única hija ahorcada en su dormitorio de la citada pedanía murciana. Desde entonces, Peligros y su esposo, Joaquín García, libran una lucha tanto para que el caso de su hija no se olvide como para que se cambie el protocolo de acoso escolar en la Región de Murcia.
El bullying al que era sometida Lucía incluía insultos, vejaciones y soledad, como ella misma se encargaba de plasmar en sus diarios. «Al salir al recreo me he vuelto a quedar sola», relataba la adolescente en uno de sus cuadernos, en septiembre de 2016. La Policía, tras recopilar manifestaciones de compañeros que compartieron centro con Lucía, constata que este acoso existió, y que la menor era atacada especialmente por sus características físicas.
Algo que ya señalaban los propios familiares de la víctima en el mismo tanatorio Arco Iris, donde su cuerpo fue velado: que la llamaban «fea y gorda».
Según determina la Policía, el acoso que comenzó en Primaria continuó en el instituto. En este sentido, fuentes familiares detallaron que los niños que cursaban estudios con Lucía en el colegio de Aljucer fueron los mismos que la adolescente se encontró en el IES Ingeniero de la Cierva, dado que éste es el instituto que les correspondía a todos por zona. Pese a que la adolescente se cambió en mayo al Cascales, en Murcia, el bullying lo llevaba sufriendo desde hacía años y seguía afectada.
En cuanto al protocolo, el atestado de la Policía pone en cuestión la actuación de miembros de la comunidad educativa del IES de Patiño, algunos de los cuales prestaron declaración en más de una ocasión ante los agentes.
El atestado detalla que estos docentes no avisaron del caso de Lucía al Observatorio por la Convivencia Escolar, algo que denuncia el abogado de la familia de la víctima, Antonio Casado Mena.
«No sé qué escribir. No sé ni cómo estoy. No sé por qué estoy triste todo el rato. Creo que estoy en una especie de mala racha. No tengo fuerzas de nada. No me apetece ni cantar y eso es raro en mí. No puedo levantarme de la cama, creo que no debería ir al instituto», escribió la víctima a mano en otro de sus cuadernos.