Francisco insta a la comunidad gitana a que promueva la instrucción de sus jóvenes. «Ha llegado el tiempo de desarraigar prejuicios seculares, preconceptos y desconfianzas recíprocas que muchas veces son la base de la discriminación, del racismo y de la xenofobia», dice
INFOLIBRE.- El papa ha pedido este lunes ante más de 5.000 gitanos, de los que 400 vienen de España, que no den «motivos» a la prensa o a la opinión pública para que hablen mal de su cultura. «Sois protagonistas de vuestro presente y vuestro futuro y podéis contribuir al progreso de la sociedad respetando las leyes, emancipando las nuevas generaciones», ha exclamado el Pontífice en una audiencia en el Aula Pablo VI del Vaticano.
El papa ha pedido a la comunidad gitana que promueva la instrucción de sus jóvenes ya que, según ha dicho, el bajo nivel de escolarización entre los niños de esta cultura es «el principal obstáculo para acceder al mundo del trabajo». «Tienen derecho a ir a escuela, no se lo impidáis», ha recalcado.
Por otro lado, les ha pedido que sean buenos cristianos y, por tanto, que eviten falsedades, trufas, embrollos o peleas. En este sentido, ha pedido que las periferias urbanas sean más humanas y les ha dicho que también es su obligación. A las instituciones civiles les ha exigido que garanticen la formación para los gitanos dando posibilidad de beneficiarse de una adecuada inserción escolástica e integración. «Que la cultura, la historia y los valores de los gitanos que sean conocidos por todos», ha dicho.
Además, ha recordado la figura del gitano Jiménez Maya de quien ha destacado su «humildad y honestidad«. Asimismo, ha exigido que se abandonen prejuicios y desconfianzas que son la base del racismo y de la xenofobia. «Quisiera que se diera inicio a una nueva historia para vuestro pueblo. Que se pase página. Ha llegado el tiempo de desarraigar prejuicios seculares, preconceptos y desconfianzas recíprocas que muchas veces con la base de la discriminación, del racismo y de la xenofobia», ha recalcado.
El papa ha lamentado que se caiga en la «indiferencia» y en la «incapacidad de aceptar costumbres y maneras de vivir diversas«. Así, ha aseverado que nadie debe sentirse aislado. «Es posible construir una convivencia pacífica, en la que las diferentes culturas y tradiciones preserven sus valores con una actitud de no cierre, ni de oposición, sino con diálogo y la integración», ha señalado.
«Ya no queremos asistir tragedias familiares en las que los niños mueren por el frío o el fuego, o pasan a manos de personas depravadas, en las que los jóvenes y las mujeres están involucrados en el tráfico de drogas o el tráfico de personas», ha destacado.
Asimismo, ha señalado que las condiciones precarias en las que viven algunos gitanos contrastan «con el derecho de toda persona a una vida digna, en un el trabajo decente, la educación y la atención sanitaria». «La moral y social requiere que cada ser humano pueda disfrutar de sus derechos fundamentales y debe cumplir con el sus funciones», ha indicado.