El presidente y el DT de Maipú jugaron “su” partido tras la derrota: amenazaron e insultaron a dirigentes y periodistas, se tomaron a golpes de puños con hinchas albos y anticiparon una revancha “caliente” en Mendoza
EL TRIBUNO. Los hinchas, socios y jugadores de Deportivo Maipú deberían sentir vergenza de tener un director técnico y un presidente como Omar y Carlos Sperdutti, respectivamente. Esta “dinastía” del botellero mendocino perdura y logra mantenerse en el fútbol por el poder y por ciertos lazos y contactos con organismos superiores que les otorgan ventajas y permiten que ciertos climas se “enrarezcan” más de la cuenta cada vez que juegan en condición de local y mueven sus “fichas” fuera de la cancha para obtener resultados.
El “peso” y el poder suelen convertir en impunes sus actos y esta no es ninguna novedad. Ayer, tras la victoria del albo ante el botellero, el DT y el titular del club se la pasaron amenazando a quien se les cruzaba, con total descaro. Ya en zona de vestuarios, el DT se dedicó a amenazar a los periodistas: “Los esperamos allá, los queremos ver”, se despachó como infundiendo temor, haciendo notar que la revancha del domingo en Mendoza será brava y “caliente”.
Lo cierto es que la calentura por una derrota futbolística que no esperaban superó a los hermanos y a sus allegados, a sabiendas de lo complicada que asoma la serie tras el 1-3. A modo de estrategia, optaron por empezar a “calentar” el clima del desquite que se jugará el domingo e infundir temor a su modo, mafioso y patoteril. Pero se pasaron de rosca.
El espectáculo más patético de los Sperdutti continuó cuando se trenzaron a discutir con Osbaldo Montaldi, del órgano fiduciario del albo, a quien le dijeron en un tono subido que “a la revancha no podrán entrar ni hinchas salteños ni periodistas”. Pero lo peor del bochornoso espectáculo se dio cuando el plantel de Maipú abordaba el micro. Allí, el DT del botellero se trenzó a discutir con hinchas del albo, a quienes tildó con despectiva expresión xenófoba e intolerante de “bolivianos vende drogas”, al punto de agarrarse a golpes de puño con un grupo minúsculo. De todas maneras, el incidente no pasó a mayores por la intervención del accionar de Infantería. “Allá -en Mendoza- ganamos como sea. Voy a poner 200 mil dólares para ganar, ya van a ver. Y no quiero a estos bolivianos en mi cancha”, fueron otras de las desagradables, repugnantes y xenófobas frases del DT.
La revancha en Mendoza con veedor y seguridad
Luego del furioso y caldeado clima que se experimentó anoche en el Gigante del Norte, que empañó en parte la victoria de Gimnasia ante Maipú en el partido de ida, los dirigentes millonarios se mantienen alerta, con los ojos bien abiertos y de ninguna manera están dispuestos a ser “madrugados” en Mendoza.
Raúl López, de la subcomisión de fútbol, le adelantó anoche a El Tribuno tras el encuentro, que el club de la Vicente López solicitará al Consejo Federal la presencia de un veedor oficial, por si acaso se producen anomalías y, además, le solicitarán al Gobierno de la Provincia que pueda arbitrar los medios con las autoridades mendocinas y se le garantice total seguridad al plantel y a los hinchas de Gimnasia que viajen a Mendoza para ser presenciar la revancha.
“Es una cancha difícil, pasan cosas raras y no va a ser fácil por muchas cuestiones, por eso necesitamos elevar un pedido por la seguridad de los jugadores y de los hinchas”, aseveró López, quien a su vez brindó los detalles del periplo a la región cuyana.
El plantel conducido por Víctor Riggio emprenderá su viaje a Mendoza el día jueves por la tarde o por la noche, para priorizar el descanso y la tranquilidad del grupo de jugadores albos, y lo hará por vía terrestre.