El líder del Partido Nacional Británico, de extrema derecha, Nick Griffin, desató la polémica en el Reino Unido al asegurar que los autores del ataque al soldado deberían ser envueltos en piel de cerdo y rematados con sendos disparos.
Miles de miembros del movimiento de extrema derecha británico Liga de Defensa Inglesa (EDL), manifestaron, ayer, en la ciudad de Newcastle en reclamo por la apertura de una escuela islámica y para recordar al soldado asesinado a machetazos el martes pasado en Londres. Los organizadores estimaron que lograron convocar a más de 1500 personas a esta marcha, planeada ante el ataque de los islamistas en Londres y que estuvo caracterizada por eslóganes tales como “¿De quiénes son estas calles? ¿Son nuestras?”.
Los presuntos autores del asesinato del soldado Lee Rigby, en el barrio londinense de Woolwich, son ciudadanos británicos convertidos al Islam según la policía. La EDL sostuvo en un comunicado que el asesinato del soldado Rigby constata que Reino Unido está en guerra con el extremismo islámico. Además, el líder del Partido Nacional Británico (BNP), de extrema derecha, Nick Griffin, desató la polémica y la alarma en el Reino Unido al asegurar que los presuntos autores del ataque deberían ser envueltos en piel de cerdo y rematados con sendos disparos.
La ministra de Interior británica, Theresa May, en tanto, advirtió, en una entrevista concedida anteayer a la cadena pública BBC, que miles de ciudadanos corren el riesgo de ser potencialmente discriminados en el Reino Unido, a propósito del reciente asesinato del soldado en Londres, en cuyo caso trabajan 500 agentes de la policía. May declaró que esas personas expuestas a influencias radicales están en diferentes puntos del camino que podría llevarlas al extremismo violento.
Al mismo tiempo que se celebraba la marcha de la EDL, un grupo de 400 personas antifascistas salieron a las calles de Newcastle para realizar una contramanifestación que obligó a la policía a desplegar un amplio cordón para evitar que ambas protestas se encontraran. Organizaciones islámicas de Reino Unido acusaron a los grupos de extrema derecha como la EDL o el BNP de tratar de capitalizar el hastío y la barbarie del asesinato del soldado Rigby, en una carta recogida por el diario británico The Independent.
En medio de los fuertes debates tras el feroz ataque, el gobierno de David Cameron anunció que endurecerá la lucha contra radicales islamistas.
Entre otras medidas, se constituirá un comité especial para investigar casos de extremismo y radicalización que se centrará en clérigos radicales que busquen reclutar a potenciales miembros en cárceles, colegios, facultades y mezquitas. En este nuevo grupo de acción contra el extremismo colaborarán altos funcionarios del gobierno con miembros de los servicios secretos y la policía para adoptar medidas, sobre todo prácticas con este fin.
“Grupos islamistas radicales que promueven el odio, pero no la violencia, podrían ser prohibidos en el Reino Unido por primera vez, en un intento para frenar la propagación de ideologías extremistas, según el gobierno, tras el asesinato de Woolwich”, publicó ayer The Independent. El gobierno quiere también fortalecer el control sobre organizaciones extremistas y el acceso a Internet de ellas para controlar lo que publican.
Los anuncios de medidas por parte del gobierno de Cameron se producen al tiempo que la policía antiterrorista arrestó ayer a otro hombre en conexión con el ataque. Se trata de un joven de 22 años detenido en el norte de Londres bajo sospecha de conspiración. Agentes de la unidad antiterrorista detuvieron anteayer a otras tres personas, tres hombres de 21, 24 y 28 años, como sospechosos de conspirar para cometer un asesinato, y el viernes pasado fue arrestado un amigo de uno de los sospechosos de 31 años, quien aseguró que el servicio secreto británico interno MI5 intentó reclutar a su amigo, algo que éste rechazó.
El joven soldado fue apuñalado en la calle y la policía detuvo primero a dos sospechosos de 22 y 28 años, con conexiones nigerianas, al sorprenderlos con armas y con las manos llenas de sangre en el lugar del crimen. Precisamente ayer se supo que uno de ellos, Michael Adebolajo, el hombre que puede verse en un video gritando lemas islámicos, estuvo en 2010 en prisión en Kenia, informó ayer la televisión británica BBC. Allí habría sido detenido bajo otro nombre cerca de la frontera con Somalia por las fuerzas de seguridad, que sospechaban que quería unirse a la milicia islamista Al Shabaab. Después fue deportado al Reino Unido. “El gobierno de Kenia arrestó a Michael Olemindis Ndemolajo. Se lo entregamos a los agentes de la seguridad británicos en Kenia y al parecer llegó a Londres y se convirtió en Michael Adebolajo”, dijo un portavoz del gobierno keniata, Muthui Kariuki. El Ministerio de Exteriores del Reino Unido confirmó la detención de un británico en Kenia en 2010, sin dar detalles.