El Tribunal Constitucional abrirá un proceso el próximo marzo pero ya falló en prohibir la organización en el 2004. La iniciativa llega dos años después de la petición formal del Bundesrat por el alto contenido xenófobo y antisemita de las propuestas del NPD
CARLES PLANA BOU. EL PERIÓDICO.- En las últimas décadas Alemania ha lidiado muy duramente con su pasado. La memoria y la pedagogía han sido los caminos que Berlín ha impulsado para no olvidar una historia moderna manchada de sangre. El país se enfrenta ahora a un nuevo capítulo con el intento de ilegalizar al partido neonazi, un grupúsculo que aún sigue de pie. El Tribunal Constitucional dio este lunes un nuevo paso al marcar los primeros tres días del próximo mes de marzo como fecha de inicio del proceso para prohibir el ultraderechista Partido Nacional Democrático (NPD).
El gesto judicial llega dos años después que en el 2013 el Bundesrat, la Cámara alta del Parlamento, pidiera ilegalizar el partido por sus paralelismos con el nazismo de Adolf Hitler y el alto contenido xenófobo y antisemita de sus propuestas políticas. La ideología del NPD se considera antidemocrática y anticonstitucional, algo que ahora se investigará.
El año 2003 ya se abrió el primer proceso de ilegalización del partido pero se anuló después que las investigaciones revelaran que los servicios secretos alemanes tenían a agentes infiltrados en la cúpula y el cuerpo de la organización para tener controlados a sus miembros. “Ilegalizar puede servir para amagar el problema pero no solucionarlo, no está claro que se consiga el resultado que se persigue”, argumenta el doctor en historia contemporánea y especialista en la ultraderecha Xavier Casals.
PRIMER EURODIPUTADO
A pesar de que el NPD ha perdido apoyo en las elecciones nacionales en los últimos cinco años y no tiene representación parlamentaria desde que nació en 1965, en las pasadas elecciones europeas logró sus mejores registros y consiguió el primer eurodiputado de su historia.
La decisión del TC coincide con un fuerte auge de la ultraderecha en Europa y más tímido en Alemania. El movimiento antiislamista Pegida ha ganado mucha presencia en las calles durante el 2015 y el partido euroescéptico y xenófobo Alternativa para Alemania (AfD) ha crecido hasta ocupar el tercer puesto en las encuestas.