La líder del ultraderechista Frente Nacional afirma que «los franceses ya no están seguros» y culpa a la inmigración. Pide que Francia retome el control de sus fronteras
AGENCIAS.- La presidenta del partido ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, no ha tardado en reaccionar a los atentados de París de la forma que todos esperaban: denunciando la inseguridad en el país y relacionándola con la población extranjera. «Francia y los franceses ya no están seguros», ha dicho al tiempo que pedía recuperar el control definitivo de sus fronteras y otras medidas como el cierre de las mezquitas radicales.
«Diga lo que diga la Unión Europea, es indispensable que Francia recupere el control de sus fronteras nacionales definitivamente», indicó en la sede de su partido en Nanterre, a las afueras de la capital.
Le Pen consideró que los ataques de ayer, en los que hubo al menos 127 muertos y más de dos centenares de heridos, son de una «crueldad inédita, que demuestra una nueva escalada en la violencia del terrorismo islamista».
«El fundamentalismo islamista debe ser destruido. Francia debe prohibir las organizaciones islamistas, cerrar las mezquitas radicales y expulsar a los extranjeros que predican el odio sobre nuestro suelo, así como a los clandestinos», añadió la líder ultraderechista.
Le Pen pidió también que el país determine quiénes son sus aliados y quiénes sus enemigos, que en su opinión son aquellos que mantienen «relaciones condescendientes con el islamismo radical», pero también «una actitud ambigua con las organizaciones terroristas».