El otrora todopoderoso productor de Hollywood ha sido condenado por dos agresiones sexuales, pero ha logrado evitar la cadena perpetua
ANTONIA LABORDE. EL PAÍS.- Harvey Weinstein ha sido condenado a 23 años en la cárcel. El tribunal penal del Estado de Nueva York ha dado a conocer este miércoles la sentencia para el exmagnate de Hollywood por los dos cargos de los que fue hallado culpable a finales de febrero: un delito sexual en primer grado (sexo oral forzado) a la ayudante de producción Mimi Haleyi y violación en tercer grado (sin consentimiento expreso) a la actriz Jessica Mann. El productor de cine de 67 años, que llegó en silla de ruedas a escuchar el veredicto, se enfrentaba a hasta 29 años tras las rejas. Las seis mujeres que testificaron en el juicio se sentaron juntas en la primera fila de la sala del tribunal. “En primer lugar, a todas las mujeres que testificaron, tenemos verdades diferentes…, pero siento un gran remordimiento por ustedes y por todos los hombres y mujeres que están atravesando esta crisis”, sostuvo Weinstein en la sala del tribunal.
El veredicto del jurado, emitido a final de febrero, exculpó al magnate de los tres cargos más graves de los que se le acusaba, por lo que se evitó la cadena perpetua para el hombre que se ha convertido en el símbolo del abuso de poder para obtener sexo. Los abogados de Weinstein le habían pedido al juez James Burke, el magistrado que presidió el juicio durante casi dos meses, la pena mínima permitida por la ley, cinco años de prisión. La defensa alegaba que al productor le quedan cerca de 12 años de vida, por lo que una condena mayor “es probable que constituya una cadena perpetua de facto”, apelaban.
“El movimiento [Me Too] básicamente comenzó conmigo… ahora hay miles de hombres que están siendo acusados», dijo Weinstein. “Estoy muy confundido y creo que los hombres están confundidos”, continuó y agregó: “Estoy preocupado”. Haleyi, de 42 años, a quien el criminal forzó para que le practicara sexo oral en 2006, ha sostenido hoy en el tribunal que Weinstein no solo le había arrebatado su dignidad, sino también la confianza y la fe en las personas. “Los últimos años han sido insoportables. He tenido miedo a las represalias”, concretó. Por su parte, Mann, de 34 años, víctima de violación en 2013, afirmó: “Una violación no es solo un momento de penetración… Es para siempre”.
Tras conocer el veredicto del jurado el pasado 24 de febrero, Weinstein fue trasladado en ambulancia al hospital Bellevue de Nueva York por un dolor en el pecho. Una semana después se sometió a una cirugía cardíaca. Finalmente ingresó en la enfermería de la cárcel de la isla de Rikers para esperar su sentencia.
El otrora dueño de Hollywood, productor de películas como Pulp fiction, Shakespeare in love o El discurso del rey, entre otros muchos éxitos, siempre ha defendido su inocencia. El jurado del primer y único proceso penal desde el origen del movimiento Me Too exculpó a Weinstein de los cargos de violación en primer grado (con arma o violencia extrema) y los dos de agresión sexual “depredadora”. Estos últimos eran los más graves y por los que se arriesgaba a una condena de cadena perpetua.
Las investigaciones periodísticas de The New York Times y The New Yorker, publicadas en octubre de 2017, no solo destaparon los abusos sexuales cometidos por Weinstein, también desvelaron una conducta criminal común en la industria del cine. El número de mujeres que alzaron la voz contra el gigante de Hollywood se fue multiplicando, hasta llegar a las 90 presuntas víctimas. Mientras tanto, en las redes sociales, muchas rompieron el silencio y compartieron sus historias de acoso: en sus casas, en sus lugares de trabajo, en sus relaciones. La movilización de las mujeres desde distintos lugares del mundo dieron origen al Me Too, un movimiento que en dos años ha cambiado la forma de relacionarse en la sociedad.
“El veredicto [contra Weinstein] cambia la historia para futuras generaciones. Tendrán un mundo mejor”, afirmó en febrero Lauren O’Connor, quien dice haber sufrido abusos por parte del productor cuando trabajaba de asistente en The Weinstein Company, vendida a mediados de 2018. El grupo de denunciantes Silence Breakers (quienes rompen el silencio) celebró la decisión del jurado, interpretada como un precedente para los futuros casos relacionados con el abuso sexual. “El sistema de justicia penal se está adaptando al cambio cultural que hemos visto en los últimos dos años”, dijo la reportera y miembro de Silence Breakers Lauren Sivan.
La de Nueva York no era la única batalla legal a la que se enfrentaba Weinstein. A principios de enero la Fiscalía del distrito de Los Ángeles presentó cuatro cargos formales contra el criminal por dos supuestas agresiones sexuales cometidas en febrero de 2013. Los dos casos de abusos sucedieron en días consecutivos y en habitaciones de hotel en el área de Los Ángeles. Según la fiscal del distrito, Jackey Lacey, las dos presuntas víctimas se lo contaron en su momento a otras personas. Según NPR, a las horas de conocerse la sentencia, la fiscal Jackie Lacey dijo que su oficina ya había comenzado el proceso para trasladar a Weinstein a Los Ángeles para que enfrente el nuevo juicio.
“Justicia en nombre de las víctimas”
Las víctimas y activistas del movimiento Me Too celebraron los 23 años de condena, que se interpretan como una cadena perpetua para Harvey Weinstein, de 67 años, y con un estado de salud delicado. Mira Sorvino, una de las primeras caras visibles del movimiento feminista y víctima de Harvey Weinstein, expresó su felicidad en Twitter por la condena: “Literalmente estoy llorando de asombro y gratitud porque el sistema de justicia ha trabajado en nombre de todas las víctimas”.
La actriz Ellen Barkin, de 65 años, agradeció la valentía de Jessica Mann y Mimi Hayley, las dos mujeres que llevaron al banquillo al exmagnate. También le dedicó unas palabras a Rose McGowan. “Fuiste la primera en alzar la voz. Tú lo empezaste y la señora Justicia lo terminó. Más poder para ti”, escribió.
La artista y activista Rosanna Arquette, miembro del grupo de denunciantes Silence Breakers (Las que rompieron el silencio), agradeció al juez James Burke por no haberse dejado comprar “como tantos otros” a lo largo de los años”.